A 32 años del aluvión de 1991 en Antofagasta expertos recalcan la urgencia de un sistema de alerta temprana (El Diario de Santiago)

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Investigadores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, junto académicos de la Universidad Católica del Norte se reunieron la semana pasada en un conversatorio online donde expusieron los principales desafíos para gestionar de forma preventiva el riesgo que implica un eventual desastre hidrometereológico en esa ciudad.

Con un plan regulador que data desde hace 20 años y obras de mitigación aluvional que son utilizadas como viviendas o depósitos de basura, la situación de la ciudad de Antofagasta frente a la amenaza de un nuevo aluvión, mantiene en alerta y constante trabajo de investigación y desarrollo tecnológico a varios expertos en el tema.

“Actualmente, en la región hay 20 quebradas con construcciones de control aluvional y también se está trabajando en tres más. No obstante, en la región tenemos cerca de 206 pozas decantadoras, las que han sido mal utilizadas depositando en ellas una gran cantidad de basura y principalmente, residuos de construcción que debemos remover todos los años”, señaló Gabriela Carrasco, Directora Regional de la Dirección de Obras Hidráulicas de la Región de Antofagasta durante el conversatorio organizado por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) y académicos de la Universidad Católica del Norte (UCN).

Asimismo, el académico de Arquitectura UCN Gino Pérez, se refirió a la necesidad de adaptación y prevención efectiva de la ciudad, ante los posibles eventos de lluvia que puedan desarrollarse, por lo que “la comunicación en torno a estas temáticas es crucial”, dijo.

De hecho, el asesor urbanista de la Municipalidad de Antofagasta, Patricio Scheleff, indicó que sólo en 2002 apareció el primer registro de las zonas expuestas al riesgo  en el plan regulador de Antofagasta, sin la tecnología que hay hoy, pero con el apoyo de Sernageomin y otras instituciones. “Hoy se está actualizando el plan regulador vigente desde hace casi 20 años y se está poniendo en discusión el desarrollo urbano de toda la comuna, donde la identificación precisa de los riesgos es fundamental”, comentó.

 

A 32 años del aluvión más destructivo en Antofagasta 

Este fenómeno hidrometeorológico se registró como el mayor desastre aluvional en Chile, cobró 91 víctimas fatales, más de 16 cuerpos desaparecidos, 6.000 viviendas con destrucción total, 2.464 viviendas con daños severos y 70.000 personas damnificadas. En tanto, los daños materiales totales fueron estimados en US$ 80.000.000, según la información presentada por la candidata a doctora en Geología UCN e investigadora CIGIDEN, Francisca Roldán, durante el conversatorio denominado “Desafíos del territorio a 30 años del aluvión”.

“En 1991, no existían las obras de mitigación y los planes reguladores eran distintos a los de hoy. No teníamos la mirada de ser un país preventivo, sino más bien reactivo y la gente no sabía que era un aluvión, por lo que quienes intentaban evacuar, no sabían hacia donde hacerlo”, explicó Roldán sobre el desastre ocurrido en Antofagasta hace 32 años.

Según la experta, junto a las precipitaciones registradas, también hubo factores antropogénicos que potenciaron al aluvión, como los asentamientos informales que hoy son viviendas oficiales y están expuestas a una nueva amenaza aluvial, advirtió.

En efecto, Iván Salazar, indicó que lo que mucha gente no tiene claro es hacia dónde arrancar si viene un aluvión, ya que son fenómenos que avanzan hacia la costa. “Puede ser una alternativa avanzar hacia abajo, pero en el caso de las viviendas ubicadas en la desembocadura del aluvión, como es el caso de los campamentos, hay que avanzar hacia los costados, porque el desarrollo de un fenómeno aluvional tiene forma de cono y se va expandiendo a medida que va avanzando y avanzar hacia abajo ya no es una opción”, advirtió.

En tanto y de acuerdo con el director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, René Garreaud, los 15 años de mega sequía que se han experimentado en Chile, no descartan la ocurrencia de estos eventos extremos, por lo que la conmemoración y memoria sobre este tipo de desastres es una forma de estar preparados.

Asimismo, y teniendo en cuenta que este desastre requiere de una evacuación preventiva, Iván Salazar, se refirió al desarrollo de un prototipo para crear un sistema de alerta temprana de aluviones que corresponde a un proyecto FONDEF IDeA I+D. “La idea es contar con una plataforma que nos pueda predecir, con un tiempo de anticipación, que podría pasar a partir de la ocurrencia de precipitaciones y que a partir de esta información, las autoridades puedan tomar decisiones para evitar un desastre”, explicó.

Según el investigador CIGIDEN, el siguiente paso de esta iniciativa preventiva, sería llevar el prototipo a una escala real, lo que significa monitorear quebradas de manera continua. “Solo falta concientizar sobre lo importante que son estas obras, para el bien común y también contar con un plan regulador que pueda limitar la habitabilidad en zonas que son muy riesgosas”, aseguró.

Leer en el Diario de Santiago.