La última versión de la COP mantuvo una participación importante de investigadores e investigadoras del (CR)2, quienes asistieron a la reunión ambiental más importante del año para presentar sus investigaciones y proyectos, buscando generar mejores condiciones para enfrentar el cambio climático.
Por: Comunicaciones (CR)2
Entre el 4 y el 20 de noviembre se llevó a cabo en Sharm El Sheikh, Egipto, la vigésima séptima Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP27. Esta fue la cuarta vez que la reunión se celebró en África, desde su inicio con la COP1 de Berlín en 1995.
Entre los principales temas acordados destaca el establecimiento de un «comité de transición», el que presentará recomendaciones sobre cómo poner en marcha los nuevos acuerdos de financiamiento y los fondos en la COP28 del próximo año.
Además, se adoptaron acuerdos institucionales para poner en marcha la Red de Santiago para pérdidas y daños, con el fin de canalizar la asistencia técnica a los países en desarrollo que son especialmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.
En ese contexto, el investigador del Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR)2, Marco Billi, comentó que “Es importante que se acelere el financiamiento, pero lo que se necesita es tener buenas métricas de cuales acciones de adaptación son efectivas y adecuadas para que se pueda focalizar y tener mediciones del esfuerzo y de sus resultados (no toda acción es buena)”.
“Eso se relaciona con el último punto, el rol de la ciencia en promover identificación de soluciones y evaluación crítica de sus impactos. Y visto que esto es algo que involucra distintas perspectivas y valores, es necesario que se haga de manera participativa, multilateral, horizontal y transparente”, concluyó Billi.
(CR)2 en la COP27
Durante el evento, la participación del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 se desarrolló principalmente a través de las presentaciones de proyectos e investigaciones de diferentes representantes del Centro.
Una de las expositoras fue la investigadora de la línea de gobernanza del (CR)2, Rosario Carmona, quién presentó un reporte sobre los pueblos indígenas en las NDC de los Estados parte. Al respecto, la investigadora detalló: «Pudimos identificar que el reconocimiento a los pueblos indígenas a nivel global está aumentando, es decir hay mayores menciones relacionadas con los pueblos indígenas, se mencionan más sus conocimientos, en muchos casos se están involucrando más en los procesos, tanto en el diseño como la implementación de las NDC. También han aumentado las medidas que se aplican para abordar la vulnerabilidad de los pueblos indígenas, entonces hay un reconocimiento a su vulnerabilidad, pero también a las causas de esta vulnerabilidad, que tienen que ver con distintos factores como la desigualdad, la marginación, el colonialismo». Sin embargo, la investigadora explica que hay mucho trabajo por hacer. «De todas maneras el reconocimiento todavía sigue siendo bastante marginal, son muy pocos países».
Por otra parte, el investigador Rodrigo Seguel, trabajó en una sesión que se centraba en la relación que existe entre las estrategias de mitigación de metano y la salud pública, destacando aquellos aspectos sanitarios y alimentarios que debieran sustentar la priorización de estrategias de mitigación de metano y también la identificación de oportunidades que permitan acelerar la acción climática.
«El metano es un potente gas de efecto invernadero y como tal, es responsable de eventos extremos como de olas de calor que tienen impacto directo en la salud de la población y en la propagación de enfermedades infecciosas. También su degradación en la atmósfera produce ozono y partículas que dañan las vías respiratorias, agravan las enfermedades pulmonares, generan asma, producen nacimientos prematuros y enfermedades cardiovasculares entre otros efectos», explicó el investigador (CR)2, Rodrigo Seguel.
Durante esta versión de la COP, se reafirmó el compromiso de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Lo que podría tener relación con la mitigación de metano, así lo explica Seguel: «La producción, distribución y uso de petróleo y gas, la agricultura y los desechos constituyen el 60% de las emisiones de metano. Prevenir las emisiones de metano por venteo y emisiones fugitivas, por ejemplo, es posible con tecnologías existentes. También hay espacio para reducir las emisiones del ganado y los desechos sólidos. Mantener el objetivo de limitar el aumento de temperatura en 1.5ºC requiere mitigar no solo al dióxido de carbono si no también forzantes climáticos de vida más corta tales como metano y ozono que combinados constituyen un 26% del forzamiento radiativo total. En este sentido, la mitigación del metano ofrece una forma rápida de reducir la tasa de calentamiento global a corto plazo».
Otro de los objetivos centrales tratados en la conferencia fue la presentación de los primeros resultados del proceso conocido como Global Stocktake, que apunta a dar cuenta de los avances en la implementación el Acuerdo de París, donde destaca la necesidad de dotar de más credibilidad y mensurabilidad a los compromisos climáticos de los países.
En este contexto y con directa participación del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, se desarrolla la campaña Race to Resilience (Carrera a la Resiliencia), una iniciativa promovida por los High-Level Climate Change Champions de las Naciones Unidas, que reúne el esfuerzo mundial de actores no estatales para lograr la mencionada meta de 4 billones de personas más resilientes al cambio climático al 2030.
Articulando una red internacional de actores no estatales comprometidos con la acción climática (Marrakech Partnership), los High-level Champions buscan aunar el esfuerzo de empresas, inversionistas, organizaciones no gubernamentales y administraciones locales hacia metas más ambiciosas y creíbles, por medio de dos campañas globales: Race to Zero (la Carrera a la Carbono Neutralidad) y Race to Resilience (la carrera a la resiliencia).
Race to Resilience, tiene foco en la adaptación y la construcción de resiliencia, y tiene como Secretaría Técnica al Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile. «Es así como una institución chilena viene a jugar un rol estratégico en aunar los esfuerzos mundiales para construir comunidades, ciudades, regiones, sistemas naturales, y compañías más resilientes a los embates del cambio climático», comenta la Doctora Paulina Aldunce, investigadora del (CR)2 y líder técnica de la Secretaría Técnica de Race to Resilience.
Finalmente, la 27a versión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático se cerró con la confirmación de una serie de acuerdos sobre financiamiento, donde se considera la creación de un fondo específico para pérdidas y daños, enfocado en apoyar a los países menos desarrollados a apoyar la mitigación y adaptación al cambio climático.