Por Catalina Aguirre, investigadora asociada del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, y José Barraza, divulgador científico (CR)2
Una marejada es el oleaje extremo que se manifiesta en las zonas costeras y que es generada por efecto del viento en la costa o en un lugar remoto del océano. El oleaje puede viajar cientos o miles de kilómetros, afectando durante varios días a las distintas actividades que se realizan en la zona costera, como operaciones portuarias, navegación costera, pesca, buceo, deportes y recreación. En particular, se denominan marejadas “anormales” cuando el fenómeno tiene la capacidad de ingresar a las bahías y puertos, generando severos daños a la infraestructura costera, además de inundaciones por sobrepasos, reducción de playas, cortes de tránsito y suspensión de otras actividades que se realizan en la costa (Figura 1).
Figura 1. Sobrepaso en la avenida Perú, Viña del Mar, producto de una marejada anormal. Gentileza: Mauricio Molina Pereira.
Entre el 18 y el 24 de enero se presentó la primera marejada anormal de este año, la cual tuvo su origen en una tormenta ocurrida, aproximadamente, una semana antes en altas latitudes del Océano Pacífico, en el hemisferio norte (Figura 2). Los fuertes vientos superficiales generaron el oleaje que viajó miles de kilómetros, desde el noroeste, hasta llegar a las costas de Sudamérica en Ecuador, Perú y Chile, impactando en nuestras costas desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Los Lagos, provocando sobrepaso, erosión, daños a la infraestructura costera y la lamentable e irreparable pérdida de vidas humanas.
Figura 2. Presión atmosférica a nivel del mar durante los primeros días de enero y vientos superficiales el 11 de enero en el océano Pacífico Norte. Gentileza: René Garreaud.
Marejadas como esta, pese a no contar con olas de gran altura, sí tienen una mayor duración y, al mismo tiempo, pueden ser más destructivas. Esto último se debe a que Chile, al ser parte del hemisferio sur, posee infraestructura costera más protegida y preparada para recibir marejadas que provengan desde las altas latitudes de este hemisferio (que viajan desde el suroeste) y que representan el oleaje dominante, no así para las que vienen desde el hemisferio norte, como es en este caso, las que destruyeron, por ejemplo, un muelle patrimonial en Taltal.
Considerando que las marejadas provocadas por las tormentas invernales del hemisferio norte nos afectan durante el verano del hemisferio sur, también hay un grave daño a la economía del turismo local y a la seguridad de las personas, por lo que la comunidad debe evitar acercarse a la costa cuando se da aviso de estos fenómenos naturales por parte de la autoridad marítima y no poner en riesgo sus vidas.
Tendencias recientes y proyecciones bajo un escenario de cambio climático
Tomando como base la observación satelital del oleaje, se evidencia una clara tendencia al aumento de la altura de las olas en las últimas décadas, en particular, la altura de los eventos de marejadas a nivel global (Figura 3, Young & Ribal, 2019). Chile no es la excepción y, utilizando modelos numéricos del oleaje, se ha observado una tendencia al aumento del número de marejadas por año a lo largo de toda la costa del país (Winckler et al., 2020). Esto también se refleja en el aumento de las alertas de marejadas emitidas por la autoridad marítima (Figura 4) y en la disminución del tiempo de operación portuaria, generando pérdidas económicas que solo en el año 2020 ascendieron a 345 millones de dólares (CAMPORT, 2021).
Figura 3. Tendencias de la altura del oleaje durante el período 1985–2018. (A) Tendencia de las alturas medias. (B) Tendencias de las alturas extremas del oleaje (percentil 90). Fuente: Young & Ribal (2019).
Si consideramos las proyecciones de cambio climático, esta tendencia al alza se mantendrá, principalmente, porque se intensificarán los vientos superficiales en altas latitudes, tanto del hemisferio norte como del hemisferio sur, lo que provocará marejadas de mayor tamaño y energía (Figura 5, Lobeto et al., 2021). Si, además, se considera que el aumento de las temperaturas globales genera deshielo y expansión térmica del océano, con su consiguiente aumento del nivel del mar, las marejadas más intensas impactarán aún con mayor fuerza el borde costero, afectando a la infraestructura costera, las playas y las actividades humanas.
Figura 4. Avisos de marejadas emitidos por el Servicio Meteorológico de la Armada entre 2006 y 2020. Fuente: CAMPORT (2021).
A pesar de los cambios proyectados, es importante mencionar que el oleaje no es un proceso que esté siendo directamente considerado en los modelos globales del clima. Por lo tanto, estos modelos no están tomando en cuenta algunas retroalimentaciones climáticas que podrían ser importantes, como por ejemplo la interacción del oleaje con el hielo marino, la producción de turbulencia en el océano superficial, la modulación de la turbulencia en la capa límite atmosférica, flujos de calor y gases entre el océano y la atmósfera, la incorporación de aerosoles a la atmósfera producto del “spray” cuando las olas rompen, entre otros.
Figura 5. Los colores representan el cambio de la altura de los eventos de marejadas con un periodo de retorno de 20 años bajo un escenario de cambio climático RCP8.5 para finales de siglo (2081–2100, en relación con 1986–2005). Los puntos denotan los cambios estadísticamente significativos al 95 % de nivel de confianza en al menos el 50 % de los modelos utilizados y una concordancia en el signo del cambio en más del 80 % de los modelos. Fuente: Lobeto et al. (2021).
Con todo lo anterior, es necesario que la sociedad en general y las personas en particular tomen conciencia de esta tendencia hacia un mayor número de marejadas, las cuales también presentan una mayor intensidad, pues las marejadas que hoy son “anormales” serán más frecuentes en el corto plazo. Debido a esto, se deben asumir medidas de adaptación, como evitar construir en el borde costero, repensar las infraestructuras que se emplazan en esta zona y promover conductas de autocuidado en la población.
Referencias
CAMPORT. (2021). Reporte N°12. Las marejadas llegaron para quedarse ¿Qué estamos haciendo?. Cámara Marítima y Portuaria de Chile A.G. https://docplayer.es/218278968-Que-estamos-haciendo.html
Lobeto, H., Menendez, M., & Losada, I.J. (2021). Future behavior of wind wave extremes due to climate change. Scientific reports, 11(1), 1-12. https://doi.org/10.1038/s41598-021-86524-4
Winckler, P., Aguirre, C., Farías, L., Contreras-Lopez, M., & Masotti, I. (2020). Evidence of climate-driven changes on atmospheric, hydrological, and oceanographic variables along the Chilean coastal zone. Climatic Change 163, 633–652. https://doi.org/10.1007/s10584-020-02805-3
Young, I., & Ribal, A. (2019). Multiplatform evaluation of global trends in wind speed and wave height. Science 364, 548–552. https://www.science.org/doi/10.1126/science.aav9527