Carta al director publicada en La Tercera
Señor director:
En diciembre se realizará en París la COP21, reunión climática internacional que debe finalizar con un acuerdo vinculante sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En su preparación, todos los países están en proceso de determinar y enviar sus “contribuciones nacionales”.
En el caso de Chile, el Ministerio de Medio Ambiente envió a consulta nacional dos opciones de mitigación a fines de diciembre 2014. Este proceso terminó en abril y el compromiso era tener el documento listo al 30 de junio. Estamos a mediados de agosto y Chile aún no hace pública su contribución. ¿Por qué?
Preocupa que según el sitio climateactiontracker.org ambas opciones caen en la categoría de “inadecuadas”. Esto quiere decir que las reducciones propuestas por Chile “son inadecuadas y no están en línea con las interpretaciones de un enfoque ‘justo’ para llegar a una vía de 2°C” .
La propuesta más ambiciosa (opción A) de Chile es: reducción de 30-35% a 2025 de las emisiones de GEI, normalizado por PIB en comparación con 2007, lo que equivale a emisiones entre 154-174% por sobre el nivel de 1990 en 2025.
En pocas palabras, las propuestas por Chile no son consistentes con lograr la meta de limitar el calentamiento por debajo de 2°C, a menos que otros países hagan reducciones más profundas y comparativamente un mayor esfuerzo.
Hemos escuchado ampliamente los efectos que el cambio climático ya está teniendo sobre numerosos aspectos del quehacer nacional, especialmente en lo referido a la falta de agua. Chile debe ofrecer reducción mayores, reflejando la capacidad económica del país. Es lo justo.
Maisa Rojas
Académica Dpto. de Geofísica FCFM U. de Chile e Investigadora del (CR)2