CR2 ocupa el rol de secretariado técnico, desde donde liderará la creación de una métrica para evaluar la adaptación y la resiliencia al cambio climático.
Por A. Santillán
El Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile asumió el secretariado técnico de la campaña global Race to Resilience de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el mismo rol que cumple la Universidad de Oxford en la iniciativa hermana, Race to Zero. Race to Resilience -lanzada a principios de 2021- busca catalizar un cambio radical en la resiliencia climática, donde se espera que las personas y la naturaleza no sólo sobrevivan a los impactos y tensiones climáticas, sino que prosperen a pesar de estos.
Tanto la campaña Race to Zero – cero emisiones de carbono- como Race to Resiliance, son lideradas por los Champions Climáticos de Alto Nivel de la cumbre climática anual de la ONU, el chileno Gonzalo Muñoz, Champion COP25 y el británico Nigel Topping, Champion COP26.
Maisa Rojas, directora del CR2, explica que este nombramiento es ‘muy importante’ y un gran desafío para la institución. ‘Que sea una universidad de un país en desarrollo y que tengamos mucho que decir es también un reconocimiento de que la ciencia que hacemos es de nivel mundial, podemos aportar a esa ciencia a nivel mundial’, sostiene. La campaña abarca 24 regiones, 708 ciudades, 2.360 empresas, 624 universidades, 163 inversionistas y representa al 15% de la economía mundial.
Rojas explica que el trabajo del CR2 se divide en dos partes: coordinar a expertos para evaluar las iniciativas que ingresan a Race to Resilience y la creación de un marco de métricas para medir el progreso. Tanto las métricas como la revisión de iniciativas se trabajarán junto a grupos internacionales.
La investigadora advierte que la tarea parte en un piso muy distinto ‘entre lo que sabemos y cómo hacer mitigación y cómo medimos mitigación y adaptación’.
Mientras Race to Zero tiene como meta llevar las emisiones de carbono a cero, el objetivo de Race to Resilience se hace más difícil de mensurar, ya que, a diferencia de RTZ, no existe una métrica previa para medir la adaptación y resiliencia climática y el CR2 tendrá que trabajar en un nuevo marco conceptual para estos factores.
‘Esto es importante porque no existe un marco de métrica global para medir resiliencia y esto ha sido un tope para la resiliencia y la adaptación al cambio climático que llevamos arrastrando por décadas’, afirma Rojas.
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