¿Energía infinita en los Andes? Aparece una enorme capa blanca mejor que el hidrógeno. Una noticia que inevitablemente nos recuerda a esta mina de los Andes, que podría tragarse una ciudad de 400 años. En algunas zonas del mundo, las montañas nevadas actúan como depósitos naturales de agua, almacenando agua dulce en formato de hielo durante los periodos fríos y lluviosos.
Después, la libera en las estaciones más cálidas y secas. No obstante, en la zona céntrica de Chile, una megasequía, que lleva presente desde 2010, ha alterado este mecanismo. El extenso lapso de tiempo seco ha generado una disminución de la capa de nieve estacional en las montañas, limitando el abastecimiento de agua, además de aumentar los incendios forestales y el secado de los cultivos.
El invierno austral registrado en 2023 trajo consigo cierto alivio. Un respiro que se debe en gran parte a dos ríos atmosféricos que aproximaron lluvia y nieve a la zona. Luego, siguió una primavera relativamente fría que derivó en que los depósitos de agua de los Andes quedaran mucho más llenos frente a la estación seca experimentada años atrás.
La capa de nieve de los Andes persiste: las lluvias de 2023 fueron un alivio
Los datos del Observatorio de Nieve en los Andes de Argentina y Chile evidenciaron que, en 2023, la cobertura de nieve situada en la cuenca de Tinguiririca a medidos de diciembre registró un nivel muy por encima de los años anteriores.
El observatorio sostiene una plataforma digital que emplea datos otorgados por los sensores del Espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS, por sus siglas en inglés) de la NASA para rastrear la capa de nieve existente en las cuencas de drenaje andinas con el paso del tiempo.
“La capa de nieve estacional, a menudo agotada para esta época del año, sigue resistiendo. Y eso es muy bueno para los ríos que drenan las cuencas andinas en ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina”, expuso el científico atmosférico René Garreaud de la Universidad de Chile, según registra el equipo de redacción de Ciencia de la NASA en su portal web.
La cuenca de Tinguiririca, al sur de Santiago, le brinda abastecimiento a uno de los principales ríos que fluyen desde los Andes subtropicales hasta el océano Pacífico. Esta cuenca le aporta suministro de agua a la región de O’Higgins, una zona agrícola del valle central de Chile.
¿La nieve ofrece energía infinita para los Andes?
Esto nos lleva a hacernos la gran pregunta: ¿hay energía infinita en los Andes? Y con energía infinita nos referimos a la nieve, que puede utilizarse como fuente para generar electricidad. Existen muchas probabilidades de que la nieve sea una fuente de energía. Al igual que la energía eólica y solar, estos sólidos de agua aguardan un interesante potencial para transformarse en una fuente renovable y sostenible a largo plazo.
Originar electricidad a partir de este fenómeno no supone ningún peligro para el ambiente, ni para su sostenibilidad. Las técnicas convencionales de producción energética pueden ser menos efectivos en espacios en los que abunda el clima frío. Por lo tanto, se torna una alternativa sumamente rentable.
Ya se están llevando adelante proyectos, prototipos y pruebas para determinar si, efectivamente, la nieve puede convertirse en una fuente de energía renovable. Un ejemplo claro está sucediendo en Aomori, ubicada en Tohoku, Japón, la ciudad con mayor cantidad de nieve del planeta.
La Universidad de Electro-Comunicaciones de Tokio (UEC) y la empresa compañía TI Forte se unieron para aprovecharla como fuente de energía eléctrica. Ya han comenzado a analizar sistemas en los que sea posible utilizar grandes cantidades de nieve y aire exterior para impulsar una turbina generadora de electricidad.
Esta enorme capa blanca es mejor que el hidrógeno y podría otorgar de energía infinita a los Andes. Una energía que se suma a esta que está hirviendo bajo la nieve y por la que Argentina estaría dispuesta a volar por los aires los Andes. | Leer en El Diario 24.