Por Emilio Lara
El cambio climático lleva años causando estragos en varias partes de nuestro país y el último capítulo de la historia se vive actualmente con la expansión e intensificación de la temporada de incendios forestales, la cual ya no está completamente circunscrita al verano.
Ejemplo de lo anterior es que estamos en pleno mes de mayo y que, al cierre de esta edición, la Onemi mantenga dos alertas rojas vigentes por fenómenos de esta naturaleza.
Una rige sobre la provincia de Marga Marga, donde se han consumido más de 750 hectáreas de bosque nativo en Colliguay y la otra en la provincia de Valparaíso, producto de un foco de fuego en Camino La Pólvora.
Estas emergencias grafican cómo la temporada de incendios se ha ido ampliando y fortaleciendo durante los últimos años.
“Si bien hace una década atrás incendios en esta época del año eran menos frecuentes de lo que estamos viviendo, hoy en día los patrones espaciales y temporales de los incendios se han hecho cada vez más recurrentes, extensos y extremos”, explicó la doctora Camila Tejo, del Programa de Paisajes Terrestres de WWF Chile.
“Particularmente para la zona central, desde hace una década existe un déficit hídrico que potencia el escenario para este tipo de catástrofes. Además, para agravar la situación, es en la interfaz urbano-rural donde más incendios han ocurrido en la última década, espacio que concentra una gran población del país”, añadió la especialista.
En línea con lo anterior, desde la ONG aseguraron que entre 1985 y 2009 la temporada de grandes incendios forestales ocurría entre noviembre y abril.
Sin embargo, eso cambió durante el período 2010-2018, ventana que se extendió entre octubre a fines de mayo, de acuerdo a datos proporcionados desde el Centro del Clima y la Resiliencia (CR)2.
“En un sistema donde el fuego no es parte del funcionamiento del sistema natural, las consecuencias sociales y ambientales que conlleva son lamentables independiente de la época del año”, precisó Tejo.
Sumado a lo mencionado con anterioridad, también destaca el hecho que en pleno otoño la Dirección Meteorológica de Chile haya emitido una alerta por altas temperaturas entre Valparaíso y Ñuble, las que podrían alcanzar los 32°C.
Aquello ocurre en línea con el panorama actual, especialmente luego que 2019 terminara como uno de los años más calurosos desde que se tiene registro.
No obstante, desde la ONG señalaron que existe una forma de poder contener o prevenir la seriedad de estos incendios, los que han dejado emisiones de carbono, cientos de hectáreas carbonizadas y pérdidas de biodiversidad, infraestructura y vidas humanas.
Para ello, Tejo recomendó potenciar las acciones e iniciativas de restauración de bosques, fortalecer las estrategias de prevención (como la Red de Prevención Comunitaria) y mejorar el manejo de incendios con participación de actores territoriales.
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