La fecha para la llegada de la primavera se acerca y con ello comenzarán aumentar las temperaturas. En ese contexto, expertos realizan un positivo balance sobre las precipitaciones que nos dejó este invierno, aunque señalan que estas aún no son suficientes para superar la megasequía y salir de la escasez hídrica. Por otra parte, plantean que el cambio climático ya está afectando los cambios de estación.
La primavera llegará este 22 de septiembre, y junto con ella un aumento en las temperaturas. En este contexto, especialistas realizaron un balance de este invierno y lo que viene próximamente con el cambio de estación, respecto a los efectos del cambio climático y la sequía.
Según los expertos, las precipitaciones aumentaron este año en comparación a otros, lo que sin duda ayuda a aumentar los caudales de los ríos y los niveles de los embalses. Sin embargo, aclaran, no basta con un invierno húmedo para superar la megasequía y salir de la escasez hídrica.
La profesora del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, María Christina Fragkou, explica que es necesario un cambio en el aumento sostenido de las precipitaciones, ya que “no basta con un invierno con lluvias, sino varios años con aumentadas precipitaciones para generar una recuperación de las fuentes tradicionales de agua”.
En esa línea, la académica agrega que el cambio climático ya está afectando la llegada de la primavera, puesto que “podemos percibir que los árboles en estas fechas ya están floreciendo y estamos teniendo temperaturas en agosto que correspondían a septiembre. Podríamos decir que el impacto del cambio climático en la primavera ya se está observando”.
Por otra parte, el investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR) y académico del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la casa de estudios, Roberto Rondanelli, afirma que el cambio climático ha generado un aumento de la temperatura en la zona central. “El aumento de la temperatura promedio ha sido leve, de un grado o un poco más, pero los extremos de la temperatura han sido mayores. Hay que poner atención a los cambios de temperatura extremos”.
Rondanelli añade que este invierno ha sido relativamente normal, frío y no tan seco, y que se espera una primavera normal en términos ecosistémicos.
“Si bien en Santiago tenemos un déficit grande de precipitaciones, si nos movemos a la región de Ñuble o hacia el sur, la situación está todavía en el rango normal de precipitaciones. Esperemos que en septiembre también llueva para la vegetación”, señaló.
La sequía y sus efectos
De acuerdo a los especialistas, la sequía no ha terminado e incluso en la zona central, un año normal de precipitaciones no revierte los últimos 12 años de la megasequía.
Para Roberto Rondanelli, es fundamental mantenerse informado, ya que “hay sistemas que requieren más de un año para acumular aguas, como las aguas subterráneas, y hay efectos irreversibles por la megasequía que hemos tenido en los últimos 12 años, y los años secos que fueron los años 2019 y 2021”.
Asimismo, el investigador dijo que es necesario mantenerse informado porque la sequía y los efectos del cambio climático se expresan en varios desastres ambientales, como las olas de calor en Europa y China e inundaciones en Pakistán.
Finalmente, Fragkou afirmó que “la ciudadanía debe entender que la crisis hídrica y climática no se podrá resolver a la brevedad, independientemente de si llueva o no. En otras palabras, debemos usar el agua y la energía con más cautela en nuestras casas, y exigir, al mismo tiempo, que el Estado regule su uso por parte de los sectores productivos”.
En ese sentido, a pesar de que las precipitaciones de este año sirvieron para aminorar el impacto de la sequía, se esperaque durante los próximos años las precipitaciones sigan en los mismos niveles para mitifar los efectos del cambio climático.
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