Expertos U. de Chile analizan los problemas que enfrenta el país ante la crisis climática (Noticias U. de Chile)

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El Día Internacional del Medio Ambiente fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas en diciembre de 1977. Desde entonces, la efeméride se ha convertido en el hito mundial que busca sensibilizar a la población en relación a temas ambientales, intensificando la atención y la acción política en conservación de la tierra. En este contexto, investigadores del Programa Transdisciplinario en Medio Ambiente (PROMA) y el Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID), se refieren al actual escenario nacional.

Este domingo 05 de junio, el mundo conmemorá un nuevo Día Mundial del Medioambiente, ante un complejo escenario de crisis climática caracterizada por las problemáticas que vive la población mundial. En Chile, una de las situaciones más alarmantes es la grave sequía a lo largo de todo el territorio nacional.

Según datos entregados por el Plan de Sequía del Gobierno, “Chile atraviesa la más profunda y extensa sequía de su historia”. La condición de escasez hídrica se vive principalmente entre las zonas comprendidas entre Atacama y La Araucanía, debido a un déficit de precipitaciones entre 60 y 80%, entre otros factores.

Ante este difícil escenario, especialistas de los Programas de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) y Transdisciplinario en Medio Ambiente (PROMA) de la Universidad de Chile, abordan los principales desafíos que deben enfrentar la sociedad e instituciones, como también, las posibles articulaciones que pueden posibilitar soluciones a la crisis climática.

La académica del Departamento de Desarrollo en Productos Forestales de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza e investigadora CITRID, Rose Marie Garay, señala que la caracterización del territorio nacional es fundamental para determinar las condiciones a las que se enfrenta. “Debemos comprender que nuestro territorio tiene condiciones climáticas muy diversas a todo su ancho y largo, por lo que la preocupación y ocupación cambia según las necesidades específicas de cada zona en particular”, sostuvo.

Por su parte, la académica del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Facultad de Ciencias Agronómicas e investigadora CITRID y PROMA, Paulina Aldunce, indica que el contexto que atraviesa Chile es “altamente vulnerable al cambio climático, siendo su mayor impacto la disminución del recurso hídrico. Además, es vulnerable debido a que tiene muchos desastres de origen socionatural y eventos extremos de lluvias, de inundaciones y alzas de temperaturas, que se han visto aumentados en frecuencia y magnitud”.

Asimismo, el académico del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias y coordinador académico PROMA, Javier Simonetti, afirma que en los últimos 50 años la calidad ambiental ha empeorado, siendo el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, crisis ambientales y sociales, agregando que, “en general, esos problemas los hemos tratado individualmente con escasa integración entre disciplinas”.

Adecuación ante la crisis climática

Según los especialistas, la acción colectiva en base a una conciencia activa en pro de la conservación del planeta, es el elemento fundamental para enfrentar el escenario mundial. Así lo destaca la profesora Garay, pues “hay que asumir responsabilidad entre todos”, enfatizando en la forma de cómo se implementan las leyes y normas medioambientales. “En las ciencias e industrias forestales, he visto un alto nivel de cumplimiento de normas ambientales y adecuación al cambio climático en las empresas más grandes en materias como eficiencia energética, uso del agua, disminución de residuos, entre una larga lista de temas de gran preocupación e interés. Por supuesto, con consecuencias muy graves si no lo hacen en el mercado internacional”, indica la docente.

No obstante, Garay mencionaque “existe gran dificultad desde las Pymes, ya que apenas alcanzan a cumplir los mínimos y, si las medidas restrictivas van en aumento, es como ponerle una soga al cuello. La política pública debe analizar en profundidad las formas y procedimientos para hacer cumplir las leyes y la autoridad debe lograr discernir entre lo que es posible de cumplir de lo que requiere instrumentos especiales para ser exitoso”.

Para la profesora Aldunce, la acción debe ir por el camino de la adaptación, construyendo resiliencia desde la sociedad e instituciones para enfrentar el escenario global. “Tenemos varios frentes, pero el más importante es el uso de los recursos hídricos. Chile tiene que bajar el consumo de recursos hídricos y ser más eficientes en sus usos. También, hay que hacer cambios en términos de gobernanza del recurso, ya que la manera en que se gestiona es muy inequitativa y produce mucha vulnerabilidad en la población”, advirtió la académica.

Acción transdisciplinar por el medioambiente

La coordinación entre los distintos saberes y disciplinas es clave para enfrentar la complejidad del problema. Así lo señala el investigador Simonetti, quien afirma que “una aproximación transdisciplinaria a los problemas ambientales ofrece una posibilidad de lograr avances en evitar y solucionar los acuciantes problemas que aquejan a Chile y el mundo en materia ambiental”.

Además, destaca la importancia de involucrar a todos los actores sociales en la gestión de soluciones, formando una comunidad expandida de saberes y creando “miradas nuevas para problemas de larga data y acuciantes».

Por su parte, Aldunce afirma que “las acciones transdisciplinarias son fundamentales, ya que la crisis climática es un tema urgente, con un sistema complejo, grandes niveles de incertidumbre y con un gran dinamismo, ya que se está generando a volúmenes y escalas que no se esperaba. Estas cuatro características lo hacen un tema complejo que, al abordarlo desde una disciplina, no es suficiente”. Agregando que, “se debe abordar de forma interdisciplinaria, es decir, que se comprenda de forma integral desde distintas disciplinas, pero también con transdisciplina, no sólo considerando el conocimiento científico, sino también aquellos alojados en la sociedad, como los locales, profesionales y ancestrales”.

Finalmente, Garay recalca que “la transdisciplina aporta a madurar las ideas, imaginar escenarios posibles, prevenir, reducir riesgos y aunque esto tome tiempo, de seguro se logran soluciones más efectivas y de mayor consenso entre la política y la población. Desde la experiencia de la academia, se ha aportado en la discusión en la que el punto de vista del ciudadano debe ser escuchada y tomada en cuenta”.

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