Investigador de CR2: “Hay impactos de largo plazo de la megasequía que no se va arreglar en uno o dos años con superávit de precipitaciones” (Codex Verde)

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En entrevista con Juan Pablo Boisier, investigador de CR2, Codexverde conversó acerca del panorama actual de las lluvias recientes, cómo han mejorada la acumlación de agua, pero también acerca de la persistencia de la sequía y la crisis hídrica especialmente en regiones de la zona norte de Chile.

“Lluvias recientes: ¿influyen en la megasequía y crisis hídrica de Chile?”, fue el nombre del Instagram Live organizado por Codexverde, que contó con la participación de Juan Pablo Boisier, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2. El CR2 nace el 2013 y está compuesto por investigadores e investigadores de distintas instituciones académicas del país. Su propósito es generar conocimiento sobre ciencia del clima y estudiar cómo el cambio climático impacta a los ecosistemas y a la sociedad chilena.

En este contexto, durante la entrevista se conversó acerca de las últimas lluvias de junio y si esto ha mitigado la megasequía que enfrenta la zona norte y centro- sur del país, así como también cuál es el panorama actual frente a la crisis hídrica, cómo se relaciona con la crisis climática y las proyecciones sobre precipitaciones para lo que queda de invierno.

Según información de la Dirección Meteorológica de Chile, este otoño es el que más lluvias ha acumulado en los últimos 22 años en Santiago. De acuerdo con el organismo, durante junio han caído 183,1 milímetros de agua en la capital, superando los 146 milímetros registrados en 2005. Las, en apariencia, inusuales lluvias registradas en junio, despertaron el optimismo respecto de un posible fin de la megasequía que afecta la zona norte y centro sur de nuestro país, hace 14 años. 

De hecho, ocho de los 25 embalses de la Dirección General de Aguas están por sobre los niveles observados en 2023. Es más, los embalses El Yeso (Región Metropolitana) y Los Aromos (Región de Valparaíso) están a un 89% y 99%, respectivamente, de su capacidad. Sin embargo, distintos investigadores y expertos, han señalado que las lluvias no logran revertir el panorama de megasequía en el país.

Lluvias en Chile 

A pesar del buen saldo que dejaron las lluvias en junio, especialmente en la zona centro-sur del país, la sequía sigue afectando a comunas del norte. Si bien el panorama para invierno es incierto, se pronostica que podría ser un año seco por el fenómeno de La Niña, es decir, una escasa existencia de precipitaciones en lo que resta del año. 

“Esto que se acabe o no la megasequía son siempre discusiones medias inocuas, se puede definir de muchas maneras. Hay impactos de largo plazo de la megasequía que no se va arreglar en uno o dos años con superávit de precipitaciones, pero desde el punto de vista estadístico, se rompe la racha de años muy secos en la zona central de Chile”, explicó el académico de la Universidad de Chile y añadió que esta década ha sido particularmente seca y que una serie de factores han contribuido a que este fenómeno se de y que de todas formas, si existiese una seguidilla de años lluviosos de podría terminar este periodo de megasequía. 

Respecto a las probabilidades de lluvias en lo restante de invierno, desde el CR2 señalaron que existen pronósticos estacionales y los pronósticos deterministas. “Los estacionales son siempre muy referenciales y pasamos de una fase cálida que se ha mantenido hasta principios de años y en ciertas zonas del Pacífico Sur y que transita hacia una fase negativa, que es la fase de La Niña, donde deberían haber menos precipitaciones, pero habría que esperar cuánto afectó esta fase de El Niño a los episodios de precipitaciones que tuvimos a principios de invierno (…) Con la fase de La Niña deberían haber menos lluvia, pero podría pasar otra cosa, porque no explican una parte mayoritaria respecto de las causas de superávit, es imposible decir a ciencia cierta cómo va a seguir el invierno”, puntualizó Boisier.

Beneficios e impactos de las lluvias

Hasta ahora, lo más evidente es que las lluvias recientes han beneficiado a los sectores agrícolas en Chile, especialmente a los más pequeños que dependen directamente del agua superficial. Esto se ve reflejado en lo que está ocurriendo en el norte de Santiago, comentó el investigador.

“El año pasado, el norte se mantuvo extremadamente seco. Estamos hablando de las cuencas de los ríos Grande, Limarí, Choapa, y hasta antes de las lluvias las condiciones eran súper críticas. Por ejemplo, el Embalse La Paloma que sirve para nutrir los sectores agrícolas y potables de la Región de Coquimbo estaba en un nivel muy bajo y la proyección hacia fin de año era muy mala. Ahora se acumuló nieve, aunque debe seguir bajo. Se debería remediar hacia la primavera y verano cuando empiece el deshielo y eso es una buena proyección para la disponibilidad hídrica de esa zona”, detalló.

Las lluvias han comenzado a llenar los embalses, lo cual es una excelente noticia para los sectores productivos agrícolas, teniendo en cuenta que la agricultura representa un 60% y 70% de los usos de agua a escala nacional y en lugares hacia el norte ese porcentaje de uso es mayor, especialmente para los grupos agrícolas más pequeños donde la disponibilidad de agua superficial es más importante.

Crisis hídrica y sequía 

La crisis hídrica en Chile se debe principalmente al cambio climático, que afecta la disponibilidad de agua y la sequía. En tanto, la sequía se refiere más directamente a procesos hidrológicos naturales y déficit de precipitación. Se puede tener crisis hídrica por otros motivos, como la gobernanza del agua donde se mezclan otros factores, por ejemplo, los usos del agua. En este sentido, la relación entre el uso del agua y su disponibilidad es fundamental para entender la evolución de la seguridad del agua en diferentes escalas de tiempo.

“Es evidente que no tenemos un sistema de gobernanza de agua que nos mantenga en un nivel adecuado. Si bien ha existido un avance y reformas al Código de Aguas a lo largo de las últimas décadas, hasta el día de hoy, el porcentaje de agua para caudal ecológico sigue siendo muy bajo en Chile, lo cual se condice directamente con los niveles de seguridad hídrica que uno quiere”, sostuvo Boisier.

Por último, el académico señaló que la crisis hídrica en Chile es un problema intergeneracional que requiere una discusión más seria. Asimismo, invitó a la comunidad a revisar el informe sobre la seguridad del agua y a participar en la solución de esta problemática. 

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