{"id":21489,"date":"2019-07-08T17:56:23","date_gmt":"2019-07-08T21:56:23","guid":{"rendered":"http:\/\/www.cr2.cl\/?p=21489"},"modified":"2019-10-23T18:10:12","modified_gmt":"2019-10-23T21:10:12","slug":"rios-en-el-cielo-rios-en-la-tierra","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.cr2.cl\/rios-en-el-cielo-rios-en-la-tierra\/","title":{"rendered":"An\u00e1lisis: R\u00edos en el cielo, r\u00edos en la Tierra | (CR)2"},"content":{"rendered":"<p><em>Ren\u00e9 D. Garreaud<\/em><br \/>\n<em>Profesor Titular, Departamento de Geof\u00edsica, Universidad de Chile.\u00a0Sub Director Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2<\/em><\/p>\n<p>En la \u00faltima semana de junio de 2019 hubo fuertes lluvias que afectaron las regiones del Biob\u00edo y la Araucan\u00eda, produciendo acumulaciones de entre 100 y 300 mil\u00edmetros en los tres d\u00edas que dur\u00f3 este evento (Figura 1, panel a) e incrementando r\u00e1pidamente el caudal de los r\u00edos en ambas regiones. Por ejemplo, el\u00a0 caudal del r\u00edo Itata, en las cercan\u00edas de su desembocadura, se increment\u00f3 m\u00e1s de diez veces respecto a los valores previos, llegando a superar los 2.000 metros c\u00fabicos por segundo (Figura 1, panel b). Adem\u00e1s, se reportaron numerosas inundaciones en sectores rurales y urbanos, junto a cortes de caminos por deslizamientos de tierra. Parte de estos deslaves llegaron a los cauces, aumentando notablemente su carga de sedimentos, lo que result\u00f3, finalmente, en una masiva pluma de los r\u00edos extendi\u00e9ndose en la zona costera por decenas de kil\u00f3metros desde su desembocadura, como se aprecia en la imagen satelital de fondo del panel c. Aunque los efectos de este temporal fueron mayormente negativos, es bueno recordar aqu\u00ed que estas plumas de r\u00edos aportan nutrientes esenciales para la mantenci\u00f3n de los ecosistemas costeros durante los meses de invierno (Masotti et al. 2018).<\/p>\n<p><a href=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new.png\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-21490\" src=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-300x171.png\" alt=\"\" width=\"659\" height=\"376\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-300x171.png 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-768x437.png 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-1024x582.png 1024w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-696x396.png 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-1068x607.png 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new-738x420.png 738w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/riocieloriomar_new.png 1549w\" sizes=\"(max-width: 659px) 100vw, 659px\" \/><\/a><\/p>\n<p><em><strong>Figura 1.<\/strong> (a) Precipitaci\u00f3n acumulada entre el 26 y 28 de junio de 2019. Datos obtenidos desde las estaciones de la Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile (DMC), la Direcci\u00f3n General de Aguas (DGA) y AgroMet. (b) Caudal horario del r\u00edo Itata en Paso Hondo, entre el 7 de junio y 7 de julio del 2019. Datos obtenidos desde la DGA. El fondo corresponde a una imagen visible obtenida por el sat\u00e9lite Landsat (NASA), el 1 de Julio del 2019, ilustrando la pluma de sedimentos del r\u00edo Itata. (c) Contenido total de vapor de agua en la trop\u00f3sfera para el d\u00eda 26 de junio del 2019 (1.500 UTC), donde se observa un r\u00edo atmosf\u00e9rico zonal (RAZ) impactando las regiones del Biob\u00edo y Araucan\u00eda. Datos de un pron\u00f3stico de corto plazo del modelo GFS.<\/em><\/p>\n<p>Un rasgo esencial de esta tormenta fue la presencia de un r\u00edo atmosf\u00e9rico (RA), un filamento de alto contenido de humedad que se extiende desde el Pacifico hasta nuestras costas, como lo muestra el mapa del panel c en la Figura 1. Veamos de qu\u00e9 se tratan estos r\u00edos en el cielo.<\/p>\n<h6>R\u00edos Atmosf\u00e9ricos \u00bfBuenos o malos?<\/h6>\n<p>Primero que todo, hay que saber que la lluvia que cae sobre la zona centro sur de nuestro pa\u00eds es mayormente alimentada por vapor de agua que ha viajado miles de kil\u00f3metros desde su origen en el Pacifico ecuatorial y subtropical. El transporte de vapor por largas distancias es observado tambi\u00e9n en otras regiones de nuestro planeta y est\u00e1 organizado por sistemas sin\u00f3pticos \u2013centros de alta y baja presi\u00f3n- que se desplazan en latitudes medias.<\/p>\n<p>Desde comienzos de este siglo las mediciones del contenido de vapor de agua en la trop\u00f3sfera, obtenidos desde sat\u00e9lites de \u00f3rbita polar, comenzaron a revelar que gran parte del transporte de humedad se concentra en los denominados r\u00edos atmosf\u00e9ricos (RA), que son filamentos delgados menores de 200 kil\u00f3metros, pero muy largos, superando los 2.000. Ralph et al. (2017) provee una excelente revisi\u00f3n sobre ellos.<\/p>\n<p>La figura 2 muestra una imagen reciente del contenido de vapor en la atmosfera, donde son evidentes cuatro RA en el hemisferio sur y dos en el hemisferio norte. Al mirar un d\u00eda m\u00e1s adelante o m\u00e1s atr\u00e1s, los RA habr\u00e1n cambiado de posici\u00f3n y forma, pero la estructura del mapa ser\u00e1 similar. En un d\u00eda cualquiera, usualmente se identifican entre cinco y diez RA a nivel global. Pese a que a una latitud fija representan menos del 20% de ese arco, los RA dan cuenta de un 80-90% del transporte de humedad desde las zonas tropicales hacia latitudes medias y altas (Ralph et al. 2017).<\/p>\n<p><a href=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars.png\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-21491\" src=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-300x159.png\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"369\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-300x159.png 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-768x407.png 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-1024x543.png 1024w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-696x369.png 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-1068x566.png 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars-793x420.png 793w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2019\/07\/ars.png 1421w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p><em><strong>Figura 2.<\/strong> Contenido total de vapor de agua en la trop\u00f3sfera para el d\u00eda 7 de julio de 2019. Esta variable es equivalente a tomar todo el vapor en la columna troposf\u00e9rica y condensarla, por lo cual se expresa en mil\u00edmetros por metro cuadrado. Varios r\u00edos atmosf\u00e9ricos (RA1, RA2&#8230;) son evidentes en este d\u00eda. La imagen es obtenida en base a mediciones satelitales en el rango de las microondas y est\u00e1n disponible en tiempo real en el siguiente <a href=\"http:\/\/tropic.ssec.wisc.edu\/real-time\/mtpw2\/product.php?color_type=tpw_nrl_colors&amp;prod=global2&amp;timespan=24hrs&amp;anim=html5\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\"><strong>ENLACE<\/strong><\/a>\u00a0<\/em><\/p>\n<p>La analog\u00eda de un RA con un r\u00edo terrestre no es perfecta. En un RA el vapor puede ingresar en la zona tropical y es muy posible que condense y precipite en los siguientes d\u00edas, por lo que el vapor no alcanza a recorrer todo el r\u00edo, explicando cerca del 50% de la precipitaci\u00f3n sobre los oc\u00e9anos en las latitudes medias. Por otra parte, existe una importante adici\u00f3n de vapor hacia el r\u00edo por evaporaci\u00f3n local y convergencia lateral de humedad.<\/p>\n<p>Tal vez el efecto m\u00e1s notable de los RA ocurre cuando arriban a las costas occidentales de los continentes, como el sur de Chile o el oeste de Norte Am\u00e9rica. En nuestro caso, llegan entre 30 y 40 a la costa cada a\u00f1o, con mayor frecuencia entre las regiones del Biob\u00edo y Ays\u00e9n, una de las m\u00e1s grandes a nivel global (Viale et al. 2018). Como el aire debe ascender sobre las monta\u00f1as de las cordilleras de la Costa y de los Andes, ocurre enfriamiento, condensaci\u00f3n del vapor y precipitaci\u00f3n. As\u00ed, los RA dan cuenta de m\u00e1s del 60% de la precipitaci\u00f3n anual en gran parte de Chile, sumado a una importante contribuci\u00f3n a la formaci\u00f3n del manto de nieve sobre los Andes que se derrite en verano y alimenta los r\u00edos terrestres (Viale et al. 2018).<\/p>\n<p>Los RA tambi\u00e9n pueden desencadenar eventos hidrometeorol\u00f3gicos extremos como los vistos en el sur de nuestro pa\u00eds. En un subconjunto de ellos, el RA llega a la costa en forma casi perpendicular, denominados r\u00edos atmosf\u00e9ricos zonales (RAZ), afectando con precipitaciones muy intensas en una franja de algunos cientos de kil\u00f3metros en el eje norte-sur. Los RAZ tienen un lento desplazamiento y las precipitaciones ocurren con temperaturas elevadas, lo cual mantiene la isoterma 0\u00b0C muy elevada, aumentando el \u00e1rea que recibe precipitaciones l\u00edquidas sobre la cordillera (Garreaud 2013). Un periodo de lluvia c\u00e1lido, prolongado e intenso es la receta perfecta para producir inundaciones y, en los casos m\u00e1s dram\u00e1ticos, aluviones. Los eventos de mayo de 1993 (con m\u00e1s de 60 fallecidos en Santiago) y diciembre de 2016 (con m\u00e1s de 20 fallecidos en Villa Santa Luc\u00eda) dan cuenta de los dram\u00e1ticos impactos que pueden producir ciertos RA.<\/p>\n<p>Vamos a seguir hablando por mucho tiempo de los r\u00edos atmosf\u00e9ricos, pues son un actor clave en el hidroclima de Chile, con efectos positivos (acumulaci\u00f3n de nieve) como impactos negativos (aluviones e inundaciones). \u00a0La posibilidad de predecir correctamente la llegada de un RA y sus impactos, sus variaciones interanuales y su potencial cambio en el futuro, son algunos de los temas que nos mantendr\u00e1n atentos en los pr\u00f3ximos a\u00f1os.<\/p>\n<h5><strong>Referencias<\/strong><\/h5>\n<p>Garreaud, R., 2013: <a href=\"https:\/\/journals.ametsoc.org\/doi\/full\/10.1175\/JHM-D-12-0135.1\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">Warm winter storms in Central Chile<\/a>.\u00a0<em>J. of Hydrometeorology<\/em>,\u00a0<strong>14<\/strong>, 1515-1534<\/p>\n<p>Masotti, I., Aparicio-Rizzo, P., Yevenes, M., Garreaud, R., Belmar, L. and Far\u00edas, L. 2018. <a href=\"https:\/\/www.frontiersin.org\/articles\/10.3389\/fmars.2018.00423\/full\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">The influence of river discharge on nutrient export and phytoplankton biomass off the Central Chile coast (33\u00ba-37\u00baS). Seasonal cycle and interannual variability<\/a>. <em>Frontiers Mar. Sci<\/em>. &#8211; Coastal Ocean Processes,\u00a0<strong>5,\u00a0<\/strong>423. DOI 10.3389\/fmars.2018.00423<\/p>\n<p>Ralph, F.M., Dettinger, M., Lavers, D., Gorodetskava, I.V., Martin, A., Viale, M., White, A.B., Oakley, N., Rutz, J., Spackman, J.R., Wernli, H., Cordeira, J. 2017. <a href=\"https:\/\/journals.ametsoc.org\/doi\/full\/10.1175\/BAMS-D-16-0262.1\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">Atmospheric rivers emerge as a global science and applications focus<\/a>. <em>Bull. Amer. Meteor. Soc.<\/em>, 98, 1969\u20131973<\/p>\n<p>Viale, M., Valenzuela, R., Garreaud, R. and Ralph, F. 2018. <a href=\"https:\/\/journals.ametsoc.org\/doi\/abs\/10.1175\/JHM-D-18-0006.1?journalCode=hydr\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">Impacts of Atmospheric Rivers on Precipitation in Southern South America<\/a>.<em> J. Hydrometeor<\/em>., 19, 1671-1686. doi:10.1175\/JHM-D-18-0006.1<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Ren\u00e9 D. 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