{"id":24725,"date":"2020-01-31T14:16:14","date_gmt":"2020-01-31T17:16:14","guid":{"rendered":"http:\/\/www.cr2.cl\/?p=24725"},"modified":"2020-05-18T10:21:11","modified_gmt":"2020-05-18T14:21:11","slug":"analisis-altiplano-chileno-cuando-llueve-diluvia-cr2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-altiplano-chileno-cuando-llueve-diluvia-cr2\/","title":{"rendered":"An\u00e1lisis: Altiplano chileno: Cuando llueve, diluvia | (CR)2"},"content":{"rendered":"<p><em>Ren\u00e9 Garreaud, subdirector Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2<\/em><\/p>\n<p>Gran parte del Altiplano chileno (la zona cordillerana de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapac\u00e1, y Antofagasta, con elevaciones sobre los 3500 m de altura) ha recibido cerca de 100 mm de lluvia durante el mes de enero de 2020 (mapa adjunto). Para poner este n\u00famero en contexto, recordemos que Santiago acumul\u00f3 80 mm en todo el a\u00f1o 2019 (aunque en un a\u00f1o normal la acumulaci\u00f3n es 310 mm). Adem\u00e1s, la precipitaci\u00f3n altipl\u00e1nica se ha concentrado en la segunda quincena del mes, con valores diarios que, en ocasiones, superaron los 40 mm, y dentro de esos d\u00edas la lluvia ha ca\u00eddo intensamente en la tarde y comienzo de la noche, con tasas que pueden superar los 10 mm\/hora. Las tormentas altipl\u00e1nicas vienen tambi\u00e9n acompa\u00f1adas de tormentas el\u00e9ctricas y granizo, pudiendo generar crecidas s\u00fabitas en los causes e, incluso, aluviones con el consecuente impacto social y ambiental.<\/p>\n<p><a href=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-24726\" src=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2-300x267.jpg\" alt=\"\" width=\"415\" height=\"369\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2-300x267.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2-768x683.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2-696x619.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2-472x420.jpg 472w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Figura-1-2.jpg 802w\" sizes=\"(max-width: 415px) 100vw, 415px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em>Mapa con la precipitaci\u00f3n acumulada durante enero 2020 en estaciones del Altiplano Sudamericano.<\/em><\/p>\n<p>Para la mayor\u00eda de nosotros -acostumbrados a un r\u00e9gimen de lluvia m\u00e1s moderado- las tormentas altipl\u00e1nicas califican como un diluvio y, curiosamente, ocurren en un sector especialmente \u00e1rido de Chile y en pleno verano.<\/p>\n<p>Veamos c\u00f3mo es posible todo esto.<\/p>\n<p>Comencemos por ampliar nuestra perspectiva espacial, pues la situaci\u00f3n en la cordillera del extremo norte de Chile es parte del \u00abinvierno altipl\u00e1nico\u00bb o \u00abinvierno boliviano\u00bb, que, a su vez, se conecta con el Monz\u00f3n Sudamericano, un conjunto de tormentas convectivas (con ascenso de aire y precipitaciones intensas, pero localizadas) que se desarrolla entre diciembre y marzo sobre gran parte de la zona tropical y subtropical del continente (Vera et al. 2006). Los ingredientes b\u00e1sicos de este monz\u00f3n son la alta humedad que ingresa desde el oc\u00e9ano Atl\u00e1ntico y un fuerte calentamiento superficial. El monz\u00f3n sobre el centro de Sudam\u00e9rica genera tambi\u00e9n una expansi\u00f3n de la columna de aire y una circulaci\u00f3n anticicl\u00f3nica (en contra de los punteros del reloj) en la parte alta de la trop\u00f3sfera (entre 8 y 12 km de altura) denominada \u00abAlta de Bolivia\u00bb.<\/p>\n<p>El calentamiento de los Andes centrales (15-25\u00b0S) durante las tardes produce brisas valle-monta\u00f1a sobre sus dos laderas (ver figura conceptual). La brisa que se origina en las tierras bajas al Este de la cordillera transporta aire cargado de humedad, mientras que la brisa sobre la ladera occidental (la que mira al Pacifico) transporta -en general- aire muy seco originado en el desierto de Chile y Per\u00fa. Durante la mayor parte del a\u00f1o (abril-noviembre) los vientos en altura cruzan los Andes centrales desde el Pacifico hacia el Este, favoreciendo el desarrollo de la brisa en la ladera occidental y aire extremadamente seco que predomina sobre el Altiplano, dando origen a una prolongada estaci\u00f3n seca (figura conceptual, panel A). Pero durante los meses de verano, el desarrollo del Alta de Bolivia produce vientos del Este (desde el interior del continente hacia el Pacifico) sobre los Andes centrales, favoreciendo la brisa sobre la ladera oriental y aire mucho m\u00e1s h\u00famedo que es capaz de alcanzar el Altiplano (Garreaud 1999, figura conceptual, panel B).<\/p>\n<p><a href=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Diapositiva1.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-24727\" src=\"http:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Diapositiva1-285x300.jpg\" alt=\"\" width=\"404\" height=\"425\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Diapositiva1-285x300.jpg 285w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Diapositiva1-398x420.jpg 398w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2020\/01\/Diapositiva1.jpg 683w\" sizes=\"(max-width: 404px) 100vw, 404px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em>Figura Conceptual: corte Oeste-Este a trav\u00e9s de los Andes centrales (15-23\u00baS), indicando circulaci\u00f3n atmosf\u00e9rica en condiciones secas (invierno, a\u00f1os de El Ni\u00f1o) y h\u00famedas (verano, a\u00f1os de El Ni\u00f1o)<\/em><\/p>\n<p>El ingreso de la brisa oriental no ocurre durante todo el verano, solo durante unas decenas de d\u00edas cuando el Alta de Bolivia est\u00e1 m\u00e1s activa, pero cuando ocurre tenemos los elementos esenciales para las tormentas intensas y convectivas, con calentamiento superficial y humedad. La compleja topograf\u00eda de la zona ayuda a organizar la convecci\u00f3n en las partes m\u00e1s altas de esta regi\u00f3n. Esta fue la situaci\u00f3n que prevaleci\u00f3 durante la segunda semana de enero, dando origen a las grandes acumulaciones que comentamos al inicio. Al momento de escribir esta nota (31 de enero de 2020), la precipitaci\u00f3n ha disminuido en el Altiplano (aunque han ocurrido tormentas m\u00e1s al sur, principalmente sobre la cordillera de las regiones de Atacama y Coquimbo), pero es muy posible que recurran periodos de actividad convectiva durante el resto del verano.<\/p>\n<p>Adem\u00e1s de las diferencias dentro de la estaci\u00f3n estival, cada verano es distinto, alternando periodos muy lluviosos (como el a\u00f1o 2019) y otros muy secos (como el a\u00f1o 2015). La variabilidad interanual de la precipitaci\u00f3n en esta regi\u00f3n se relaciona fundamentalmente con los cambios en la disponibilidad de vapor de agua sobre el Altiplano (Garreaud &amp; Aceituno 2000). Sin embargo, hasta hace poco tiempo, consider\u00e1bamos que estos cambios de humedad eran determinados por la intensidad del flujo zonal (Este-Oeste) sobre el Altiplano (Garreaud &amp; Aceituno 2001). Por las razones expuestas previamente para d\u00edas con precipitaci\u00f3n, a\u00f1os con mayor prevalencia de viento del Este \u2013lo que tiende a ocurrir bajo condiciones de La Ni\u00f1a- favorecen la precipitaci\u00f3n en el Altiplano. Por el contrario, a\u00f1os con mayor prevalencia de viento del Oeste \u2013lo que tiende a ocurrir bajo condiciones de El Ni\u00f1o- disminuyen la precipitaci\u00f3n en el Altiplano.<\/p>\n<p>En los \u00faltimas dos d\u00e9cadas hemos detectado una tendencia al aumento de la precipitaci\u00f3n sobre el Altiplano, sin un aumento notable de vientos del Este sobre los Andes centrales (o a\u00f1os de La Ni\u00f1a), lo que ha sido atribuido al marcado aumento de humedad sobre la cuenca amaz\u00f3nica (Segura et al. 2020) y nos obliga a repensar la forma en que el vapor de agua ingresa al Altiplano. Otro elemento novedoso fue advertido el verano pasado (y en parte de \u00e9ste), pues las tormentas convectivas no se han restringido a la parte m\u00e1s alta de la cordillera, sino que se han observado sobre la zona pre altipl\u00e1nica de la ladera occidental e incluso en el desierto de Atacama (Garreaud 2019). Lo anterior podr\u00eda estar asociado a un aumento en la humedad disponible desde el Pacifico, una fuente de humedad que hasta ahora no consider\u00e1bamos relevante.<\/p>\n<p><strong>Referencias<\/strong><\/p>\n<p>Garreaud, R. D., 1999a: A multi-scale analysis of the summertime precipitation over the central Andes.\u00a0<em>Mon. Wea. Rev<\/em>.,\u00a0<strong>127,\u00a0<\/strong>901-921.<\/p>\n<p>Garreaud, R. D., 2000: Intraseasonal variability of moisture and rainfall over the South American Altiplano.\u00a0<em>Mon. Wea. Rev.,\u00a0<\/em><strong>128,\u00a0<\/strong>3337-3346<\/p>\n<p>Garreaud, R. D., and P. Aceituno, 2001: Interannual rainfall variability over the South American Altiplano.\u00a0<em>J. of Climate,<\/em>\u00a0<strong>14,\u00a0<\/strong>2779-2789.<\/p>\n<p>Garreaud, R., 2019: Luego de la tormenta&#8230;vienen las flores. An\u00e1lisis CR2 disponible en: <a href=\"http:\/\/dgf.uchile.cl\/rene\/DIV\/Luego%20de%20la%20tormenta.pdf\">http:\/\/dgf.uchile.cl\/rene\/DIV\/Luego%20de%20la%20tormenta.pdf<\/a><\/p>\n<p>Segura, H., J.C. Espinoza, C. Junquas, T. Lebel, M. Vuille, R. Garreaud, 2020: Recent changes in the precipitation\u2011driving processes over the southern tropical Andes\/western Amazon. Climate Dynamics. <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1007\/s00382-020-05132-6\">https:\/\/doi.org\/10.1007\/s00382-020-05132-6<\/a><\/p>\n<p>Vera, C., W. Higgins, J. Amador, T. Ambrizzi,\u00a0R. Garreaud, D. Gochis,\u00a0 D. Gutzler, D. Lettenmaier, J. Marengo, C. Mechoso, J. Nogues-Paegle, P.L. Silva Diaz and C. Zhang, 2006: Towards a unified view of the American Monsoon System.\u00a0<em>J. of Climate,\u00a0<\/em><strong>19<\/strong>,<em>\u00a0<\/em>4977-5000<em>.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Ren\u00e9 Garreaud, subdirector Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 Gran parte del Altiplano chileno (la zona cordillerana de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapac\u00e1, y Antofagasta, con elevaciones sobre los 3500 m de altura) ha recibido cerca de 100 mm de lluvia durante el mes de enero de 2020 (mapa adjunto). 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