{"id":38850,"date":"2023-01-24T11:24:32","date_gmt":"2023-01-24T14:24:32","guid":{"rendered":"http:\/\/www.cr2.cl\/?p=38850"},"modified":"2023-02-08T16:27:45","modified_gmt":"2023-02-08T19:27:45","slug":"analisis-cr2-ola-calor","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-ola-calor\/","title":{"rendered":"An\u00e1lisis (CR)2 | \u00a1Ola, calor!"},"content":{"rendered":"<p><em>Mart\u00edn Jacques, investigador principal del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2; Ren\u00e9 Garreaud, director (CR)2; y Jos\u00e9 Barraza, divulgador cient\u00edfico (CR)2<\/em><\/p>\n<p>Las olas de calor son eventos meteorol\u00f3gicos que se han hecho recurrentes durante el verano en la zona centro-sur de Chile, la macrozona que se extiende aproximadamente entre las regiones de Valpara\u00edso y el Biob\u00edo y que concentra la mayor\u00eda de la poblaci\u00f3n del pa\u00eds.<\/p>\n<p>En el a\u00f1o 2022 estos eventos concitaron la atenci\u00f3n desde noviembre, que climatol\u00f3gicamente corresponde a la primavera tard\u00eda. Como se muestra en la figura 1, en la estaci\u00f3n meteorol\u00f3gica Quinta Normal de Santiago, operada por la Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile (DMC), se registraron tres olas de calor en ese mes, una cantidad no observada previamente. De hecho, estuvimos a poco de alcanzar un cuarto evento, pues el 25 y 26 de noviembre se registraron temperaturas m\u00e1ximas con valores extraordinarios para la temporada \u2013de 32.5 \u00b0C y 33.9 \u00b0C, respectivamente\u2013, pero no alcanzaron a constituir una ola de calor. Esto es porque las olas de calor son fen\u00f3menos atmosf\u00e9ricos que se caracterizan por, al menos, dos caracter\u00edsticas fundamentales: intensidad, que corresponde a la temperatura m\u00e1xima alcanzada, y persistencia, la duraci\u00f3n del evento en d\u00edas. En Chile, la DMC clasifica como olas de calor aquellos eventos en que la temperatura m\u00e1xima supera un valor cr\u00edtico (\u201cumbral\u201d, la curva roja en la figura 1) por al menos tres d\u00edas. Debido a que este umbral se super\u00f3 (hubo intensidad), dicho caso qued\u00f3 clasificado meramente como \u201cevento c\u00e1lido\u201d, pues solo se mantuvo por dos d\u00edas (no hubo persistencia).<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-38851 size-large\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-1024x423.jpg\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"288\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-1024x423.jpg 1024w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-300x124.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-768x317.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-696x288.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-1068x441.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1-1016x420.jpg 1016w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-1.jpg 1125w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 1.<\/strong> Olas de calor registradas en la estaci\u00f3n Quinta Normal, Santiago, en el periodo octubre 2022-enero 2023. Fuente: Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile. <\/em><a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/mensual\/olasDeCalorRecientes\/330020\/2023\/01\/06\"><em>https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/mensual\/olasDeCalorRecientes\/330020\/2023\/01\/06<\/em><\/a><\/p>\n<p>\u00bfC\u00f3mo se calcula este umbral? En t\u00e9rminos simples, para cada estaci\u00f3n meteorol\u00f3gica se utilizan observaciones hist\u00f3ricas para calcular el valor de temperatura m\u00e1xima por sobre el cual se encuentra el 10 % de los registros m\u00e1s altos. Este valor es denominado <strong>percentil 90<\/strong> y se escoge como el umbral para la intensidad de las olas de calor. Por supuesto, el umbral no es fijo durante el a\u00f1o, ya que aumenta en verano y disminuye en invierno. As\u00ed, es posible definir olas de calor en cualquier estaci\u00f3n del a\u00f1o y lugar geogr\u00e1fico. Sin embargo, los eventos de verano son los que inducen m\u00e1s impactos, entre ellos, amenazas a la salud y bienestar humano, propagaci\u00f3n de incendios forestales y afectaci\u00f3n de actividades agropecuarias.<\/p>\n<p><strong>Origen de las olas de calor<\/strong><\/p>\n<p>Las causas de las olas de calor difieren seg\u00fan la zona en que ocurren. En el norte de Chile, especialmente en la zona costera, una regi\u00f3n de condiciones atmosf\u00e9ricas muy estables, la temperatura del aire est\u00e1 \u00edntimamente vinculada con la temperatura superficial del mar. De esta manera, la frecuencia y la duraci\u00f3n de las olas de calor en esta regi\u00f3n son muy distintas en temporadas durante las cuales el oc\u00e9ano Pac\u00edfico suroriental se calienta o enfr\u00eda notoriamente, como sucede durante los eventos de El Ni\u00f1o o La Ni\u00f1a, respectivamente. En la actualidad, y desde septiembre de 2020, se sigue registrando un largo periodo de La Ni\u00f1a, lo que conlleva anomal\u00edas fr\u00edas a lo largo de la costa del norte de Chile. Como consecuencia, las ciudades del litoral pr\u00e1cticamente no han experimentado olas de calor en este periodo, como muestra el panel superior de la figura 2 para el caso de Antofagasta. Por el contrario, durante un periodo de El Ni\u00f1o se podr\u00edan registrar olas de calor de varias semanas de duraci\u00f3n. Eso ocurri\u00f3 por ejemplo en Antofagasta en 1983, con una ola de calor que se extendi\u00f3 por m\u00e1s de dos meses entre enero y marzo de ese a\u00f1o (panel inferior de la figura 2).<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-38852 size-large\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-1024x833.jpg\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"566\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-1024x833.jpg 1024w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-300x244.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-768x625.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-696x566.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-1068x869.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-516x420.jpg 516w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-2-1920x1562.jpg 1920w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 2.<\/strong> Olas de calor registradas en la estaci\u00f3n Cerro Moreno de Antofagasta. El panel superior muestra el periodo octubre 2022-enero 2023, y el panel inferior muestra el periodo octubre 1982-febrero 1983. Fuente: Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile. <a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/diario\/mapaRecienteOlaDeCalor\/\">https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/diario\/mapaRecienteOlaDeCalor\/<\/a><\/em><\/p>\n<p>En la zona centro-sur, las olas de calor son promovidas por condiciones de alta presi\u00f3n atmosf\u00e9rica que inducen estabilidad en la atm\u00f3sfera, fomentando el descenso de masas de aire, ausencia de nubosidad y aumento de la radiaci\u00f3n solar (<a href=\"https:\/\/rmets.onlinelibrary.wiley.com\/doi\/10.1002\/joc.7096\">Jacques-Coper et al., 2021<\/a>; <a href=\"https:\/\/link.springer.com\/article\/10.1007\/s00382-021-05810-z\">Demortier et al., 2021<\/a>; ver figura 1 de <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-hacia-un-mejor-pronostico-de-las-olas-de-calor-en-la-zona-centro-sur-de-chile\/\">este an\u00e1lisis previo<\/a>). La presencia de la cordillera de los Andes favorece el viento desde el Este en la trop\u00f3sfera baja (tambi\u00e9n llamado viento Raco o Puelche), el que refuerza la disipaci\u00f3n de la nubosidad y el descenso del aire a unos 2-4 kil\u00f3metros de altura (<a href=\"https:\/\/journals.ametsoc.org\/view\/journals\/apme\/56\/3\/jamc-d-16-0289.1.xml\">Montecinos et al., 2017<\/a>). La alta radiaci\u00f3n produce un aumento de la temperatura superficial y la turbulencia que durante la tarde conecta el aire cerca de la superficie con el aire ubicado a unos 2-3 kil\u00f3metros de altura que se ha calentado por efecto del descenso en esa capa. Todos estos factores contribuyen al aumento de la temperatura del aire y, si la condici\u00f3n sin\u00f3ptica es suficientemente persistente, se produce una ola de calor.<\/p>\n<p>En relaci\u00f3n con los centros de alta presi\u00f3n (anticiclones), estos se van alternando con centros de baja presi\u00f3n (ciclones) y se desplazan de Oeste a Este, inmersos en los vientos que dominan la circulaci\u00f3n atmosf\u00e9rica en estas latitudes. Esto origina, en gran parte, la variabilidad del tiempo y es tambi\u00e9n la causa de que las olas de calor en esta zona tengan una duraci\u00f3n de solo algunos d\u00edas. Sin embargo, la alta presi\u00f3n que afecta a la regi\u00f3n centro-sur de Chile puede ser inducida o reforzada por otros fen\u00f3menos atmosf\u00e9ricos, como la Alta de Bolivia, una configuraci\u00f3n que suele ubicarse sobre el altiplano boliviano, pero que, en algunas ocasiones, exhibe un desplazamiento an\u00f3malo hacia el sur. Justamente, fue una persistente Alta de Bolivia centrada sobre el norte de Argentina la que provoc\u00f3 la ola de calor ocurrida entre el 3 y el 13 de diciembre de 2022 en la zona central (figura 3), cuyo promedio de temperatura m\u00e1xima super\u00f3 los 32 \u00b0C, una situaci\u00f3n in\u00e9dita en los registros.<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-38853 size-large\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-1024x598.jpg\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"406\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-1024x598.jpg 1024w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-300x175.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-768x449.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-696x407.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-1068x624.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3-719x420.jpg 719w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-3.jpg 1405w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 3.<\/strong> Circulaci\u00f3n atmosf\u00e9rica inducida por la Alta de Bolivia durante el 11 de diciembre de 2022. El panel (a) muestra los vientos en la trop\u00f3sfera alta donde se identifica la Alta de Bolivia. El panel (b) muestra la trayectoria que siguieron durante los tres d\u00edas previos las parcelas de aire que pasaron sobre Santiago el 11 de diciembre. El panel (c) ilustra los cambios de altura que experimentaron esas parcelas. Fuente: Ren\u00e9 Garreaud, elaboraci\u00f3n propia.<\/em><\/p>\n<p><strong>Tendencias de las olas de calor<\/strong><\/p>\n<p>En Chile, las olas de calor han aumentado su frecuencia en las \u00faltimas d\u00e9cadas, como muestran las tendencias del periodo 1961-2017 (Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile, 2018; ver Figura 4). Sin embargo, la zona costera del norte del pa\u00eds difiere de este patr\u00f3n. Esta disparidad estar\u00eda \u00edntimamente ligada al cambio clim\u00e1tico antropog\u00e9nico, que induce sostenidamente calentamiento en el interior del pa\u00eds y el enfriamiento costero (<a href=\"https:\/\/agupubs.onlinelibrary.wiley.com\/doi\/full\/10.1029\/2008JD010519\">Falvey &amp; Garreaud, 2009<\/a>), registr\u00e1ndose m\u00e1s olas de calor en las zonas interiores mientras m\u00e1s aumentan las temperaturas en el periodo estival, y hay que decir que las temperaturas m\u00e1ximas se est\u00e1n superando cada verano, lo que fue clar\u00edsimo en el a\u00f1o 2019, <a href=\"https:\/\/blog.meteochile.gob.cl\/2019\/02\/04\/el-calor-sigue-batiendo-records\/\">con registros sobre los 40 \u00b0C en varias estaciones<\/a>. Aunque esta relaci\u00f3n es muy notoria, no obstante, a\u00fan se requieren estudios de atribuci\u00f3n de este fen\u00f3meno al cambio clim\u00e1tico en nuestro pa\u00eds, lo que nos ayudar\u00e1n a comprender mejor la relevancia relativa de distintos factores en las tendencias observadas.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-38854\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-498x1024.jpg\" alt=\"\" width=\"300\" height=\"617\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-498x1024.jpg 498w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-146x300.jpg 146w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-768x1580.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-696x1432.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-1068x2197.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-204x420.jpg 204w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/01\/FIGURA-4-1920x3950.jpg 1920w\" sizes=\"(max-width: 300px) 100vw, 300px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 4.<\/strong> Tendencias del n\u00famero de olas de calor en el periodo 1961-2017.\u00a0 Fuente: Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile (2018).<\/em><\/p>\n<p>En dicho contexto, a mediados de diciembre (en el verano temprano), resultaba tentador anticipar una temporada con olas de calor m\u00e1s frecuentes e intensas. En efecto, <a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/documentoPdf\/boletinTendenciasClimaticas\/boletinTendenciasClimaticas-202211.pdf\">el pron\u00f3stico estacional de la Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile para el periodo diciembre 2022 &#8211; febrero 2023<\/a> (Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile, 2022) anticip\u00f3 temperaturas m\u00e1ximas sobre lo normal en las zonas interiores entre las regiones de Coquimbo y Ays\u00e9n. Como mencionamos anteriormente, condiciones estacionales m\u00e1s c\u00e1lidas podr\u00edan redundar en olas de calor m\u00e1s frecuentes o intensas. Ante este escenario, no result\u00f3 del todo sorprendente que la transici\u00f3n entre 2022 y 2023 haya exhibido eventos c\u00e1lidos que, aunque no alcanzaron a ser clasificados como olas de calor, fueron suficientemente intensos para propagar el fuego de los incendios en las regiones de Valpara\u00edso, Biob\u00edo y Los R\u00edos. Sin embargo, como se aprecia en la Figura 1, el registro de temperatura m\u00e1xima en Quinta Normal durante enero muestra que esta variable solo ha rozado el valor umbral para olas de calor en algunas jornadas, y definitivamente no ha habido persistencia de temperatura por sobre este. De esta forma, no se han registrado olas de calor durante enero. Este fen\u00f3meno es representativo de la zona centro-sur de Chile.<\/p>\n<p>Con todo, el pron\u00f3stico estacional da una idea de las condiciones generales durante tres meses. Para poder anticipar las fechas de ocurrencia de olas de calor en regiones donde la variabilidad del tiempo meteorol\u00f3gico es relevante, se debe contar con una herramienta que reproduzca el comportamiento de la atm\u00f3sfera, como los modelos computacionales. Sin embargo, una limitante de estos modelos es que tienen un periodo de validez de alrededor de una semana. Afortunadamente, es posible traspasar parcialmente esa frontera temporal al estudiar la din\u00e1mica atmosf\u00e9rica de gran escala. Esto nos puede dar luces sobre relaciones entre fen\u00f3menos que suceden distanciados en el tiempo y el espacio. De esta manera, como relatamos en <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-hacia-un-mejor-pronostico-de-las-olas-de-calor-en-la-zona-centro-sur-de-chile\/\">este an\u00e1lisis previo<\/a>, monitoreando las condiciones atmosf\u00e9ricas lejanas a nuestro pa\u00eds en el Hemisferio Sur, es posible proponer un m\u00e9todo para anticipar en un par de semanas algunas olas de calor en el centro-sur de Chile. Esto se debe a que, en algunas ocasiones, la configuraci\u00f3n anticicl\u00f3nica puede ser gatillada, reforzada y prolongada por fen\u00f3menos como la Oscilaci\u00f3n de Madden-Julian (<a href=\"https:\/\/rmets.onlinelibrary.wiley.com\/doi\/10.1002\/joc.7096\">Jacques-Coper et al., 2021<\/a>; <a href=\"https:\/\/link.springer.com\/article\/10.1007\/s00382-021-05810-z\">Demortier et al., 2021<\/a>).<\/p>\n<p>En un planeta que se calienta, las olas de calor seguir\u00e1n torn\u00e1ndose en eventos cada vez m\u00e1s amenazantes. Para aumentar nuestra resiliencia ante esta situaci\u00f3n, falta a\u00fan por comprender muchos de sus aspectos relacionados. Con este objetivo seguiremos trabajando.<\/p>\n<h5><strong>Referencias<\/strong><\/h5>\n<p>Demortier, A., Bozkurt, D., &amp; Jacques-Coper, M. (2021). Identifying key driving mechanisms of heat waves in central Chile. <em>Climate Dynamics, 57<\/em>(9), 2415-2432. <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1007\/s00382-021-05810-z\">https:\/\/doi.org\/10.1007\/s00382-021-05810-z<\/a><\/p>\n<p>Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile. 2018. <em>Reporte anual de la evoluci\u00f3n del clima en Chile 2017<\/em>. Oficina Cambio Clim\u00e1tico Secci\u00f3n Climatolog\u00eda. <a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/documentoPdf\/reporteEvolucionClima\/reporteEvolucionClima2017.pdf\">https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/documentoPdf\/reporteEvolucionClima\/reporteEvolucionClima2017.pdf<\/a><\/p>\n<p>Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile. 2022. <em>Bolet\u00edn S2S \u2013 Pron\u00f3stico subestacional y estacional<\/em>. Oficina Servicios Clim\u00e1ticos Secci\u00f3n Climatolog\u00eda. <a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/documentoPdf\/boletinTendenciasClimaticas\/boletinTendenciasClimaticas-202211.pdf\">https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/documentoPdf\/boletinTendenciasClimaticas\/boletinTendenciasClimaticas-202211.pdf<\/a><\/p>\n<p>Falvey, M., &amp; Garreaud, R. D. (2009). Regional cooling in a warming world: Recent temperature trends in the southeast Pacific and along the west coast of subtropical South America (1979\u20132006). <em>Journal of Geophysical Research: Atmospheres, 114<\/em>(D4). <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1029\/2008JD010519\">https:\/\/doi.org\/10.1029\/2008JD010519<\/a><\/p>\n<p>Jacques-Coper, M., Veloso-Aguila, D., Segura, C., &amp; Valencia, A. (2021). Intraseasonal teleconnections leading to heat waves in central Chile. <em>International Journal of Climatology, 41(9), 4712-4731. <\/em><a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1002\/joc.7096\">https:\/\/doi.org\/10.1002\/joc.7096<\/a><\/p>\n<p>Montecinos, A., Mu\u00f1oz, R. C., Oviedo, S., Mart\u00ednez, A., &amp; Villagr\u00e1n, V. (2017). 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