{"id":43920,"date":"2024-04-15T16:31:26","date_gmt":"2024-04-15T20:31:26","guid":{"rendered":"http:\/\/www.cr2.cl\/?p=43920"},"modified":"2024-04-29T14:55:56","modified_gmt":"2024-04-29T18:55:56","slug":"analisis-cr2-la-nina-que-viene","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-la-nina-que-viene\/","title":{"rendered":"An\u00e1lisis CR2 | La Ni\u00f1a que viene&#8230;"},"content":{"rendered":"<p><em>Ren\u00e9 Garreaud, Subdirector Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 y acad\u00e9mico Departamento de Geof\u00edsica (DGF) de la Universidad de Chile; Patricio Aceituno, acad\u00e9mico DGF-U.Chile; Roberto Rondanelli investigador asociado CR2 y acad\u00e9mico DGF-UChile; y Cristi\u00e1n Mart\u00ednez-Villalobos, Facultad de Ingenier\u00eda y Ciencias de la Universidad Adolfo Ib\u00e1\u00f1ez, y Fundaci\u00f3n Data Observatory Chile<\/em><\/p>\n<ul>\n<li>Para este invierno se espera la llegada de una Ni\u00f1a \u201ccl\u00e1sica\u201d (no costera), lo que conlleva bajas precipitaciones para Chile central. Sin embargo, no es posible medir la intensidad de este posible d\u00e9ficit de lluvias. Pese a esto, se deben realizar esfuerzos preventivos ante un eventual escenario de sequ\u00eda<\/li>\n<\/ul>\n<h5><strong>Tan solo hace un a\u00f1o\u2026<\/strong><\/h5>\n<p>Hace un a\u00f1o est\u00e1bamos en la <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-viene-el-nino-tomemos-la-noticia-con-calma\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">fase inicial de un evento El Ni\u00f1o<\/a><a href=\"#_ftn1\" name=\"_ftnref1\">[1]<\/a> con un marcado calentamiento de la superficie del mar frente a la costa del norte del Per\u00fa y Ecuador, que en los meses siguientes se propag\u00f3 hacia el oeste, abarcando todo el Pacifico ecuatorial. La intensidad de este Ni\u00f1o \u201cglobal\u201d se puede apreciar con el \u00edndice Ni\u00f1o3.4, que corresponde a la anomal\u00eda<a href=\"#_ftn2\" name=\"_ftnref2\">[2]<\/a> promedio de la temperatura superficial del mar (TSM) en la regi\u00f3n 120\u00b0W &#8211; 160\u00b0W, 5\u00b0S &#8211; 5\u00b0N (Figura 1a). La m\u00e1xima anomal\u00eda de TSM (1.8 \u00b0C) ocurri\u00f3 en diciembre de 2023 (Figura 1), lo que revela un evento significativo, pero con una intensidad por debajo de los mayores eventos de los \u00faltimos 50 a\u00f1os, cuando el \u00edndice Ni\u00f1o3.4 super\u00f3 los 2.3 \u00b0C en diciembre de 1982, 1997 y 2015. En tanto, entre junio y agosto de 2023, el Ni\u00f1o3.4 alcanz\u00f3 los 1.2 \u00b0C, favoreciendo las condiciones m\u00e1s lluviosas que ocurrieron en la zona centro-sur de Chile (<a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-vuelve-aculeo-se-va-la-megasequia\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">interrumpiendo la megasequ\u00eda<\/a>) y que provocaron una \u201c<a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-sorpresas-de-primavera\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">primavera invernal<\/a>\u201d.<\/p>\n<p>Actualmente, las anomal\u00edas positivas de la TSM persisten sobre el Pacifico central (valores de Ni\u00f1o3.4 cercanos a los 1.2 \u00b0C en marzo), pero bajo superficie existe una condici\u00f3n m\u00e1s fr\u00eda de lo normal, lo que tambi\u00e9n empieza a manifestarse en la costa occidental de Sudam\u00e9rica (Figura 1c). El \u00edndice Ni\u00f1o1+2 (anomal\u00edas de la TSM entre 90\u00b0 -80\u00b0W y 0-10\u00b0S) alcanz\u00f3 un valor levemente negativo a fines de marzo (Figura 1a).<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-43923\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1.jpg\" alt=\"\" width=\"600\" height=\"634\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1.jpg 726w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1-284x300.jpg 284w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1-216x228.jpg 216w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1-696x735.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-1-398x420.jpg 398w\" sizes=\"(max-width: 600px) 100vw, 600px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 1<\/strong>. Paneles (a) y (b) muestran la evoluci\u00f3n semanal en \u00b0C de los \u00edndices Ni\u00f1o3.4 y Ni\u00f1o1+2, respectivamente, durante los \u00faltimos 12 meses (Fuente: Climate Prediction Center \/ NCEP). El panel (c) muestra el mapa de anomal\u00edas de la Temperatura Superficial del Mar (en \u00b0C) para la semana entre el 27 de marzo y el 3 de abril de 2024 (Fuente: OI SST V2.1 \/ PSL \/ NOAA). En el mapa tambi\u00e9n se muestran las regiones empleadas para definir los \u00edndices Ni\u00f1o3.4 y Ni\u00f1o1+2.<\/em><\/p>\n<p>Cuando ocurre un evento de El Ni\u00f1o o La Ni\u00f1a en el Pacifico central, bien representado por los extremos del \u00edndice Ni\u00f1o3.4, tambi\u00e9n ocurren anomal\u00edas de TSM en la costa norte de Sudam\u00e9rica, las cuales se cuantifican con el \u00edndice Ni\u00f1o1+2 (Figura 1C). Sin embargo, en algunas ocasiones, puede ocurrir un calentamiento o enfriamiento significativo que se ubica justo en el oc\u00e9ano cercano al continente, dando lugar a un \u201cNi\u00f1o costero\u201d o \u201cNi\u00f1a costera\u201d (Mart\u00ednez-Villalobos et al., 2024). El caso m\u00e1s reciente<a href=\"#_ftn3\" name=\"_ftnref3\">[3]<\/a> corresponde al intenso Ni\u00f1o costero del verano del 2017, que tuvo un gran impacto en Per\u00fa y Ecuador (Garreaud 2018).<\/p>\n<h5><strong>La Ni\u00f1a Global (\u00a1y no costera!)<\/strong><\/h5>\n<p>Para intentar predecir el estado m\u00e1s probable del clima con varios meses de antelaci\u00f3n se utilizan modelos num\u00e9ricos que simulan el sistema acoplado oc\u00e9ano-atm\u00f3sfera. La Figura 2a, por ejemplo, muestra las anomal\u00edas de TSM, presi\u00f3n a nivel del mar y precipitaci\u00f3n empleando el promedio de varios modelos para el trimestre julio-agosto-septiembre del a\u00f1o 2024. Se destacan las anomal\u00edas negativas de la TSM entre -1 \u00b0C y -1.5 \u00b0C en el Pacifico ecuatorial, desde la costa de Sudam\u00e9rica hasta la l\u00ednea del cambio de fecha (180\u00b0W), con un m\u00e1ximo entre los 120\u00b0-160\u00b0W, justamente, la zona empleada para calcular el \u00edndice Ni\u00f1o3.4.<\/p>\n<p>La evoluci\u00f3n prevista para este \u00edndice se presenta en la Figura 3 donde cada l\u00ednea corresponde al resultado de un modelo de pron\u00f3stico. La mayor\u00eda de ellos muestra una r\u00e1pida transici\u00f3n desde la actual condici\u00f3n c\u00e1lida a una condici\u00f3n neutra durante el oto\u00f1o y el establecimiento de La Ni\u00f1a a partir del trimestre julio-agosto-septiembre (JAS). El promedio multimodelo del \u00edndice Ni\u00f1o3.4 para ese trimestre es cercano a -1 \u00b0C, pero hay modelos que anticipan una condici\u00f3n casi neutra y otros una Ni\u00f1a m\u00e1s intensa con anomal\u00edas negativas de hasta -2 \u00b0C<a href=\"#_ftn4\" name=\"_ftnref4\">[4]<\/a>.<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-43924 size-full\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2.jpg\" alt=\"\" width=\"935\" height=\"687\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2.jpg 935w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-300x220.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-768x564.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-310x228.jpg 310w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-80x60.jpg 80w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-696x511.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-2-572x420.jpg 572w\" sizes=\"(max-width: 935px) 100vw, 935px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 2<\/strong>. Predicci\u00f3n clim\u00e1tica para el trimestre julio-agosto-septiembre de 2024 en base a cinco modelos num\u00e9ricos acoplados oc\u00e9ano-atmosfera y compilados por <a href=\"https:\/\/www.apcc21.org\/?lang=en\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">APEC Climate Center<\/a>. Los mapas corresponden a la anomal\u00eda del promedio multimodelo de: (a) la temperatura superficial del mar, (b) la presi\u00f3n atmosf\u00e9rica a nivel del mar y (c) la precipitaci\u00f3n estacional.<\/em><\/p>\n<p>Tomando en cuenta esta incertidumbre y considerando el consenso entre modelos, las Figuras 2a y 3 indican la posible ocurrencia de una Ni\u00f1a de intensidad moderada sobre todo el Pacifico a partir de la segunda mitad de este a\u00f1o. Aunque el oc\u00e9ano tropical adyacente a Sudam\u00e9rica tambi\u00e9n presentar\u00e1 condiciones m\u00e1s fr\u00edas que el promedio, no corresponde hablar de una Ni\u00f1a costera, debido a que la extensi\u00f3n de las anomal\u00edas fr\u00edas abarca gran parte del Pac\u00edfico ecuatorial y que la ubicaci\u00f3n de las m\u00e1ximas anomal\u00edas de TSM ocurrir\u00e1n al medio del Pac\u00edfico y no estar\u00e1n restringidas a la costa Sudamericana.<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-3.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-43925 size-full\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-3.jpg\" alt=\"\" width=\"523\" height=\"405\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-3.jpg 523w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-3-300x232.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-3-294x228.jpg 294w\" sizes=\"(max-width: 523px) 100vw, 523px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 3<\/strong>. Predicci\u00f3n clim\u00e1tica del \u00edndice Ni\u00f1o3.4 para los trimestres de 2024. Por ejemplo, JAS corresponde al trimestre julio-agosto-septiembre de 2024. Cada l\u00ednea delgada corresponde a un modelo predictivo. La curva gruesa azul corresponde al consenso de los modelos. Figura generada por el <a href=\"https:\/\/iri.columbia.edu\/our-expertise\/climate\/forecasts\/enso\/current\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">International Reseach Institute, University of Columbia<\/a>.<\/em><\/p>\n<h5><strong>Impactos en Chile central<\/strong><\/h5>\n<p>Hist\u00f3ricamente,<a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-la-montana-rusa-de-las-lluvias-en-chile-central\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\"> la precipitaci\u00f3n en Chile central entre Coquimbo y el Biob\u00edo fluct\u00faa marcadamente entre un a\u00f1o y otro<\/a> debido, principalmente, a la variabilidad de la precipitaci\u00f3n durante el invierno. Por ejemplo, la precipitaci\u00f3n acumulada en Santiago <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-un-breve-recuento-de-las-lluvias-en-la-zona-central-de-chile-ante-la-retirada-de-la-nina\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">el a\u00f1o 1997 super\u00f3 los 700 mm, mientras que durante 1998 solo alcanz\u00f3 los 89 mm<\/a>, ambos valores muy lejos del promedio hist\u00f3rico de unos 310 mm. Estas variaciones interanuales de precipitaci\u00f3n est\u00e1n significativamente correlacionadas con las anomal\u00edas de la TSM en la regi\u00f3n Ni\u00f1o3.4 del Pacifico ecuatorial central (Aceituno 1989; Montecinos &amp; Aceituno 2003). As\u00ed, los inviernos de a\u00f1os El Ni\u00f1o tienden a presentar lluvias sobre el promedio, mientras que inviernos durante la Ni\u00f1a tienden a ser deficitarias.<\/p>\n<p>Los mecanismos detr\u00e1s de esta asociaci\u00f3n estad\u00edstica son complejos e involucran variaciones en la intensidad del anticicl\u00f3n subtropical del Pacifico frente a nuestras costas.\u00a0 En un invierno de El Ni\u00f1o, por ejemplo, el anticicl\u00f3n del Pacifico se ve debilitado, lo que favorece la llegada de sistemas frontales a Chile central (Rutllant &amp; Fuenzalida 1991) y, por otro lado, hay un aumento generalizado del transporte de humedad desde latitudes m\u00e1s bajas y zonas cercanas al Pac\u00edfico central (Campos &amp; Rondanelli 2023).<\/p>\n<p>Lo contrario pasa durante un invierno de La Ni\u00f1a, y es precisamente lo que los modelos num\u00e9ricos predicen para la segunda mitad de este invierno. Junto al establecimiento de La Ni\u00f1a (Figura 2a) se prev\u00e9n anomal\u00edas positivas de presi\u00f3n a nivel del mar sobre gran parte del Pacifico subtropical y una profundizaci\u00f3n de las bajas presiones en la periferia Ant\u00e1rtica (Figura 2b), lo que finalmente resulta en menores precipitaciones sobre el Pacifico que intercepta la zona centro-sur de Chile (Figura 2c).<\/p>\n<p>Aun cuando el establecimiento de una Ni\u00f1a de intensidad moderada en el Pacifico central es prevista en forma consistente por los modelos clim\u00e1ticos, la predicci\u00f3n estacional de precipitaciones en Chile central tiene un grado de incertidumbre, en especial respecto al monto de las anomal\u00edas. Para ilustrar este punto hacemos uso de la Figura 4 en que cada c\u00edrculo corresponde a un a\u00f1o entre 1950 y 2023, de acuerdo con el \u00edndice de Ni\u00f1o3.4 (eje horizontal) y la precipitaci\u00f3n anual en Santiago (eje vertical). La tendencia a mayores precipitaciones en eventos de El Ni\u00f1o y menores precipitaciones en eventos La Ni\u00f1a es clara (y en forma estad\u00edstica se obtiene un coeficiente de correlaci\u00f3n de 0.6<a href=\"#_ftn5\" name=\"_ftnref5\">[5]<\/a>) pero tambi\u00e9n es evidente la dispersi\u00f3n de esta relaci\u00f3n. Por ejemplo, cuando la condici\u00f3n del Pacifico es neutra (Ni\u00f1o3.4 entre -0.5 y +0.5\u00b0C) la precipitaci\u00f3n en Santiago fluct\u00faa ampliamente en torno a la condici\u00f3n media, incluyendo a\u00f1os muy secos y otros muy lluviosos. Los inviernos en que el \u00edndice Ni\u00f1o3.4 estuvo en el rango de valores previstos para este a\u00f1o (-0.6 a -1.2 \u00b0C, cuadro violeta en la Figura 4) la precipitaci\u00f3n anual fue, mayormente, bajo el promedio con cerca de la mitad de los casos en el rango seco y ning\u00fan a\u00f1o en los rangos lluvioso o muy lluvioso.<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\" td-modal-image aligncenter wp-image-43926\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4.jpg\" alt=\"\" width=\"600\" height=\"483\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4.jpg 861w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4-300x241.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4-768x618.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4-283x228.jpg 283w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4-696x560.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/04\/Figura-4-522x420.jpg 522w\" sizes=\"(max-width: 600px) 100vw, 600px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 4<\/strong>. Diagrama de dispersi\u00f3n entre el \u00edndice Ni\u00f1o3.4 en invierno (junio-julio-agosto) y la precipitaci\u00f3n anual en Santiago (Quinta Normal, con datos de la Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile). Cada circulo corresponde a un a\u00f1o entre 1950 y 2023. Los c\u00edrculos con una cruz corresponden al periodo 2010-2023. El rango m\u00e1s probable de \u00edndice Ni\u00f1o3.4 para el invierno 2024 est\u00e1 indicado por el rect\u00e1ngulo color violeta.<\/em><\/p>\n<p>De especial relevancia es la ocurrencia de hipersequ\u00edas, definidas aqu\u00ed como los a\u00f1os con menos de 100 mm acumulados en Santiago (1\/3 del promedio hist\u00f3rico) y que corresponden a los a\u00f1os 1924, 1968, 1998, 2019 y 2021. Solo dos de estos eventos (1924 y 1998) ocurrieron en condiciones de La Ni\u00f1a, mientras que los otros tres ocurrieron en a\u00f1os neutros en el Pacifico central. Tambi\u00e9n es interesante mencionar que la mayor\u00eda de los a\u00f1os con precipitaci\u00f3n deficitaria desde el 2010 han ocurrido bajo estas condiciones neutras, y la mantenci\u00f3n de la megasequ\u00eda ha sido atribuido en buena parte al calentamiento del Pac\u00edfico subtropical oriental (al este de Nueva Zelandia), lo que se ha denominado la <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-te-pillamos-po-compadre-las-causas-de-la-megasequia-cr2\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">Mancha C\u00e1lida<\/a> (Garreaud et al., 2021).<\/p>\n<h5><strong>En resumen\u2026<\/strong><\/h5>\n<p>La inminente llegada de una Ni\u00f1a \u201ccl\u00e1sica\u201d establece un aumento de la probabilidad de un escenario deficitario de precipitaciones para Chile central durante este invierno como ya lo est\u00e1 prediciendo la <a href=\"https:\/\/climatologia.meteochile.gob.cl\/application\/publicaciones\/boletinTendenciasClimaticas\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile<\/a>. Sin embargo, debemos reconocer que, como toda predicci\u00f3n clim\u00e1tica, este escenario est\u00e1 sujeto a incertidumbre y, actualmente, no existe la capacidad de prever la intensidad de esta posible sequ\u00eda, menos si se tratar\u00e1 de una hipersequ\u00eda. No es posible descartar esta posibilidad y, por lo tanto, es necesario incorporarla como uno de los posibles escenarios en la planificaci\u00f3n de actividades altamente sensibles a la disponibilidad de agua.<\/p>\n<h5><strong>Referencias<\/strong><\/h5>\n<p>Aceituno, P. (1988). On the functioning of the Southern Oscillation in the South American sector. Part I: Surface climate. <em>Monthly Weather Review, 116<\/em>(3), 505-524. <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1175\/1520-0493(1988)116%3C0505:OTFOTS%3E2.0.CO;2\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">https:\/\/doi.org\/10.1175\/1520-0493(1988)116%3C0505:OTFOTS%3E2.0.CO;2<\/a><\/p>\n<p>Campos, D., &amp; Rondanelli, R. (2023). ENSO\u2010Related Precipitation Variability in Central Chile: The Role of Large-Scale Moisture Transport.<em> Journal of Geophysical Research: Atmospheres,<\/em> <em>128<\/em>(17), e2023JD038671. \u00a0<a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1029\/2023JD038671\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">https:\/\/doi.org\/10.1029\/2023JD038671<\/a><\/p>\n<p>Garreaud, R., Clem, K., &amp; Veloso, J. (2021). The South Pacific Pressure Trend Dipole and the Southern Blob. <em>Journal of Climate<\/em>, <em>34<\/em>(18), 7661-7676, <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1175\/JCLI-D-20-0886.s1\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">https:\/\/doi.org\/10.1175\/JCLI-D-20-0886.s1<\/a><\/p>\n<p>Garreaud, R. (2018). A plausible atmospheric trigger for the 2017 coastal El Ni\u00f1o. <em>Int. Journal of Climatology, 38.<\/em> DOI: 10.1002\/joc.5426<\/p>\n<p>Martinez-Villalobos , C., Dewitte, B., Garreaud, R., &amp; Loyola, L. (2024). Extreme coastal El Ni\u00f1o events are tightly linked to the development of the Pacific Meridional Modes. Submitted to Nature Communications.<\/p>\n<p>Montecinos, A., &amp; Aceituno, P. (2003). Seasonality of the ENSO-related rainfall variability in central Chile and associated circulation anomalies. <em>Journal of climate, 16<\/em>(2), 281-296. <a href=\"https:\/\/doi.org\/10.1175\/1520-0442(2003)016%3C0281:SOTERR%3E2.0.CO;2\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">https:\/\/doi.org\/10.1175\/1520-0442(2003)016%3C0281:SOTERR%3E2.0.CO;2<\/a><\/p>\n<p>Rutllant, J., &amp; Fuenzalida, H. (1991). Synoptic aspects of the central Chile rainfall variability associated with the Southern Oscillation. <em>International Journal of Climatology, 11<\/em>(1), 63-76.<\/p>\n<h5><strong>Notas<\/strong><\/h5>\n<p><a href=\"#_ftnref1\" name=\"_ftn1\">[1]<\/a> La fase c\u00e1lida del fen\u00f3meno El Ni\u00f1o Oscilaci\u00f3n del Sur (ENOS). Ver m\u00e1s informaci\u00f3n en <a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/analisis-cr2-la-montana-rusa-de-las-lluvias-en-chile-central\/\" target=\"_blank\" rel=\"noopener noreferrer\">este an\u00e1lisis<\/a>.<\/p>\n<p><a href=\"#_ftnref2\" name=\"_ftn2\">[2]<\/a> Diferencia respecto al promedio de largo plazo<\/p>\n<p><a href=\"#_ftnref3\" name=\"_ftn3\">[3]<\/a> El evento de El Ni\u00f1o 2023 comenz\u00f3 en la costa de Per\u00fa, pero r\u00e1pidamente deriv\u00f3 hacia un Ni\u00f1o central.<\/p>\n<p><a href=\"#_ftnref4\" name=\"_ftn4\">[4]<\/a> Esto muestra que los pron\u00f3sticos estacionales, es decir, los pron\u00f3sticos del estado del oc\u00e9ano y la atm\u00f3sfera con varios meses de antelaci\u00f3n tienen una gran incertidumbre asociada \u2014a diferencia del pron\u00f3stico del tiempo, que posee poca incertidumbre cuando se trata de unos pocos d\u00edas de antelaci\u00f3n.<\/p>\n<p><a href=\"#_ftnref5\" name=\"_ftn5\">[5]<\/a> La correlaci\u00f3n entre la precipitaci\u00f3n en Chile central con el \u00edndice Ni\u00f1o1+2 es de 0.36 -m\u00e1s d\u00e9bil que la obtenida con Ni\u00f1o3.4- y gran parte de esta asociaci\u00f3n es debido a la asociaci\u00f3n entre las anomal\u00edas de TSM costera y la del Pacifico central.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Ren\u00e9 Garreaud, Subdirector Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 y acad\u00e9mico Departamento de Geof\u00edsica (DGF) de la Universidad de Chile; Patricio Aceituno, acad\u00e9mico DGF-U.Chile; Roberto Rondanelli investigador asociado CR2 y acad\u00e9mico DGF-UChile; y Cristi\u00e1n Mart\u00ednez-Villalobos, Facultad de Ingenier\u00eda y Ciencias de la Universidad Adolfo Ib\u00e1\u00f1ez, y Fundaci\u00f3n Data Observatory Chile Para este [&hellip;]<\/p>\n","protected":false},"author":36,"featured_media":43934,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[899,28,1188,1495],"tags":[148,159,385,2018,865],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/43920"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/users\/36"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=43920"}],"version-history":[{"count":6,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/43920\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":43935,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/43920\/revisions\/43935"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media\/43934"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=43920"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=43920"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=43920"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}