{"id":45012,"date":"2024-07-03T15:07:53","date_gmt":"2024-07-03T19:07:53","guid":{"rendered":"https:\/\/www.cr2.cl\/?p=45012"},"modified":"2024-09-11T10:00:45","modified_gmt":"2024-09-11T13:00:45","slug":"policy-brief-cr2-clima-urbano-planificacion-sensible-al-clima-y-justicia-climatica-urbana-en-chile","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.cr2.cl\/policy-brief-cr2-clima-urbano-planificacion-sensible-al-clima-y-justicia-climatica-urbana-en-chile\/","title":{"rendered":"Policy brief CR2 | Clima urbano, planificaci\u00f3n sensible al clima y justicia clim\u00e1tica urbana en Chile"},"content":{"rendered":"<div class=\"wpb-content-wrapper\"><p><em>Pamela Smith, Eugenia Gay\u00f3, Estela Blanco, Pablo Sarricolea, Karla Yohannessen, Anah\u00ed Urquiza, Marco Billi, investigadores CR2, y Teresita Alc\u00e1ntara, Escuela de Gobierno y Transformaci\u00f3n P\u00fablica del Tecnol\u00f3gico de Monterrey, M\u00e9xico<\/em><\/p>\n<p style=\"text-align: right;\"><strong>Edici\u00f3n: <\/strong>Jos\u00e9 Barraza, divulgador cient\u00edfico CR2<\/p>\n<ul>\n<li>El clima urbano se caracteriza por la existencia de islas de calor, que implica que las ciudades tengan una temperatura, en general, m\u00e1s alta en relaci\u00f3n con su entorno rural.<\/li>\n<li>En Chile, se ha verificado que en una misma ciudad hay distintas temperaturas. En verano, la temperatura diurna y nocturna es m\u00e1s baja en los barrios con mayores ingresos y es m\u00e1s alta en los barrios de menores ingresos.<\/li>\n<li>En el pa\u00eds no existe un marco legal que garantice a la poblaci\u00f3n experimentar climas urbanos de alta calidad.<\/li>\n<\/ul>\n<p>[vc_row][vc_column][vc_btn title=\u00bbLeer recomendaciones para la pol\u00edtica p\u00fablica\u00bb style=\u00bbflat\u00bb shape=\u00bbsquare\u00bb color=\u00bbprimary\u00bb align=\u00bbleft\u00bb i_icon_fontawesome=\u00bbfa fa-handshake-o\u00bb add_icon=\u00bbtrue\u00bb link=\u00bburl:%23recomendaciones|||\u00bb][\/vc_column][\/vc_row][vc_row][vc_column width=\u00bb1\/2″][vc_btn title=\u00bbDescargar policy brief \u00bb style=\u00bbflat\u00bb shape=\u00bbsquare\u00bb color=\u00bbprimary\u00bb align=\u00bbleft\u00bb i_icon_fontawesome=\u00bbfa fa-file-pdf-o\u00bb button_block=\u00bbtrue\u00bb add_icon=\u00bbtrue\u00bb link=\u00bburl:https%3A%2F%2Fwww.cr2.cl%2Fwp-content%2Fuploads%2F2024%2F07%2FPolicy-Brief-N\u00b0-18-Clima-urbano-en-Chle.pdf|||\u00bb][\/vc_column]<\/p>\n<p> <\/p>\n<p> <\/p>\n<p>El siglo XXI marca un punto de inflexi\u00f3n tanto por la acelerada expansi\u00f3n urbana como por los cada vez m\u00e1s evidentes impactos que genera el cambio clim\u00e1tico en nuestras ciudades. En este cruce, la atenci\u00f3n -y preocupaciones- sobre c\u00f3mo se comporta y manifiestan las condiciones clim\u00e1ticas cambiantes dentro de las ciudades comienza a tomar cada vez m\u00e1s protagonismo.<\/p>\n<p>Latinoam\u00e9rica es una de las regiones m\u00e1s urbanizadas del planeta, con cerca del 80 % de su poblaci\u00f3n habitando en ciudades. En Chile, este fen\u00f3meno es a\u00fan m\u00e1s evidente, ya que la poblaci\u00f3n urbana alcanza el 88 % (INE, 2017). Es sabido que el crecimiento urbano modifica las coberturas naturales y seminaturales, siendo reemplazadas por usos y coberturas de suelos artificiales que alteran los balances de energ\u00eda y, por tanto, generan condiciones clim\u00e1ticas diferentes. Este fen\u00f3meno se denomina clima urbano, el cual se define por las modificaciones de las condiciones originales de la temperatura, humedad del aire, contaminaci\u00f3n, albedo, entre otras.<\/p>\n<p>Usualmente, el clima urbano se caracteriza por la existencia de islas de calor, las que implican que la ciudad posea una temperatura del aire mayor respecto a su entorno rural, lo cual sin duda tiene efectos, por ejemplo, sobre la salud de la poblaci\u00f3n, el confort t\u00e9rmico o la demanda energ\u00e9tica para la climatizaci\u00f3n<a href=\"#_ftn1\" name=\"_ftnref1\">[1]<\/a>.<\/p>\n<p>Adicionalmente, bajo los escenarios de cambio clim\u00e1tico, se prev\u00e9 que en el futuro los extremos de temperaturas se intensificar\u00e1n, aumentando as\u00ed la frecuencia de olas de calor o el calor nocturno. Estos eventos extremos de temperatura interact\u00faan con las islas de calor, aumentando su intensidad y duraci\u00f3n. De acuerdo con las proyecciones futuras (2035-2065) disponibles en la plataforma ARClim, en todas las ciudades aumentar\u00eda la ocurrencia de dichos eventos extremos y tambi\u00e9n la isla de calor urbano (ICU), especialmente en la zona norte y centro del pa\u00eds. Lo anterior es preocupante, ya que la exposici\u00f3n al calor en las personas no solo puede causar agotamiento por calor o insolaci\u00f3n, sino que puede producir o exacerbar condiciones de salud (ej. dolor de cabeza, mareos) y agravar las enfermedades cr\u00f3nicas existentes, principalmente, debido a la respuesta cardiovascular frente al calor y la deshidrataci\u00f3n.<\/p>\n<p>La evidencia cient\u00edfica indica que el comportamiento del clima urbano se relaciona y depende del dise\u00f1o y la planificaci\u00f3n de las ciudades a distintas escalas, como, por ejemplo, el porcentaje de impermeabilizaci\u00f3n del suelo, el porcentaje de cobertura vegetal, los colores y tipos de materiales de las construcciones o altura de las edificaciones (<a href=\"https:\/\/www.scielo.cl\/scielo.php?pid=S0718-34022016000100004&script=sci_arttext&tlng=pt\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Smith & Romero, 2016<\/a>). Debido a que la morfolog\u00eda urbana, las \u00e1reas verdes y otros par\u00e1metros var\u00edan a trav\u00e9s de la ciudad, la temperatura tambi\u00e9n lo hace, con variaciones que se presentan a escala de barrio y manzana. Consecuentemente, se genera una inequidad en cuanto al grado en que distintos grupos de poblaci\u00f3n se ven expuestos a estas amenazas clim\u00e1ticas. Los trabajos realizados por la L\u00ednea Ciudades Resilientes del CR2 indican, adicionalmente, que estas inequidades se suman a otras condiciones sociales y econ\u00f3micas de desigualdad propias de cada barrio (<a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S0048969722022458\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Sarricolea et al., 2022<\/a>). Por ejemplo, se ha verificado que en distintas ciudades medias mayores<a href=\"#_ftn2\" name=\"_ftnref2\">[2]<\/a> chilenas la temperatura superficial promedio de verano durante el d\u00eda y la noche es m\u00e1s baja (menor isla de calor) en los barrios con mayores ingresos econ\u00f3micos (ABC1 y C2). Lo opuesto ocurre en barrios con niveles socioecon\u00f3micos m\u00e1s bajos, independiente de la latitud y posici\u00f3n respecto al mar, el tama\u00f1o y n\u00famero de habitantes de la ciudad (figura 1).<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-scaled.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\"aligncenter wp-image-45013 size-large\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-1920x668.jpg\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"242\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-1920x668.jpg 1920w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-300x104.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-768x267.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-656x228.jpg 656w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-1536x534.jpg 1536w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-2048x712.jpg 2048w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-696x242.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-1068x371.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-1-VF-1208x420.jpg 1208w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 1.<\/strong>\u00a0Relaci\u00f3n entre la temperatura superficial diurna de verano (en \u00b0C) y el nivel socioecon\u00f3mico de cada manzana analizada en las ciudades de Arica (a la izquierda) y Coyhaique (a la derecha). Nota. En el gr\u00e1fico, los puntos rojos representan valores extremos de la varianza.<\/em><\/p>\n<p>Como un ejemplo de las diferencias de temperatura en una ciudad, en la figura 2 se observan las diferencias entre las m\u00e1ximas alcanzadas y el n\u00famero de episodios de ola de calor entre estaciones meteorol\u00f3gicas oficiales (red SINCA y Meteochile) localizadas en diferentes zonas de una misma ciudad durante un verano extremadamente c\u00e1lido. Se destacan las diferencias que presentan dos comunas de la ciudad de Santiago, Las Condes e Independencia, con uno y seis episodios de olas de calor, respectivamente, lo que podr\u00eda explicarse porque representan condiciones ambientales y urbanas muy diferentes. Las Condes, en general, presenta menores densidades de construcci\u00f3n y mayor cantidad de cobertura vegetal, con arbolado y c\u00e9sped, que enfr\u00eda las superficies y proporciona sombra.<\/p>\n<p><a href=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-scaled.jpg\"><img loading=\"lazy\" decoding=\"async\" class=\"aligncenter wp-image-45014 size-large\" src=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-1190x1080.jpg\" alt=\"\" width=\"696\" height=\"632\" srcset=\"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-1190x1080.jpg 1190w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-300x272.jpg 300w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-768x697.jpg 768w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-251x228.jpg 251w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-1536x1394.jpg 1536w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-2048x1859.jpg 2048w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-696x632.jpg 696w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-1068x969.jpg 1068w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-463x420.jpg 463w, https:\/\/www.cr2.cl\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/Figura-2-1920x1743.jpg 1920w\" sizes=\"(max-width: 696px) 100vw, 696px\" \/><\/a><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"><em><strong>Figura 2.<\/strong> Diferencias espaciales de las olas de calor registradas en la ciudad de Santiago, verano 2015-2016. La columna \u201cT\u00b0 sobre el umbral\u201d corresponde al n\u00famero de d\u00edas en que la temperatura m\u00e1xima supera el percentil 90, definido por la Direcci\u00f3n Meteorol\u00f3gica de Chile. La columna \u201cT\u00b0\u201d representa el m\u00e1ximo alcanzado durante el per\u00edodo de mayor (rojo) a menor (azul). Nota: Cabe se\u00f1alar que las estaciones de Puente Alto y Parque O’Higgins se encuentran localizadas en \u00e1reas vegetadas, por lo tanto, no representan adecuadamente las condiciones urbanas de su entorno.<\/em><\/p>\n<p>En cambio, Independencia, una comuna con un nivel socioecon\u00f3mico m\u00e1s bajo, comparado con Las Condes, se destaca por una mayor densidad de construcci\u00f3n y menor espacio verde. Esto implica que los barrios m\u00e1s pobres de las ciudades est\u00e1n mayormente expuestos a altas temperaturas. Al mismo tiempo, las personas con un nivel socioecon\u00f3mico m\u00e1s bajo tienen mayores dificultades para disminuir la intensidad de la isla de calor urbana debido a la falta de acceso a recursos tecnol\u00f3gicos (ej. aire acondicionado o viviendas con mejor aislaci\u00f3n t\u00e9rmica) o agua potable, lo que les podr\u00eda permitir mantener condiciones adecuadas de confort t\u00e9rmico tanto en el exterior como en el interior de sus viviendas. De esta forma, la distribuci\u00f3n inequitativa de las islas de calor (un problema del dise\u00f1o urbano) se combina con la distribuci\u00f3n inequitativa de los ingresos y la pobreza (un problema de justicia social) y radicaliza la vulnerabilidad de las poblaciones de m\u00e1s escasos recursos. Lo anterior nos obliga a reflexionar m\u00e1s profundamente sobre los problemas de injusticia clim\u00e1tica ligados al calor extremo y la planificaci\u00f3n urbana.<\/p>\n<p>El concepto de justicia clim\u00e1tica ha tenido un creciente inter\u00e9s en los \u00faltimos a\u00f1os asociado al cambio clim\u00e1tico, visibilizando situaciones recurrentes de inequidad en la distribuci\u00f3n de beneficios e impactos (<a href=\"https:\/\/www.tandfonline.com\/doi\/abs\/10.1080\/09644016.2013.755387\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Schlosberg, 2013<\/a>). A escala global, esto ha llevado a interrogantes como, por ejemplo, si y de qu\u00e9 forma deber\u00edan existir compensaciones desde aquellos pa\u00edses y poblaciones que han emitido o emiten m\u00e1s gases de efecto invernadero hacia los que han emitido menos, pero que hoy -o en el futuro- van a sufrir de manera m\u00e1s marcada los impactos del cambio clim\u00e1tico, afectando sus modos y calidad de vida (<a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S095937802200019X\">Williges et al., 2022<\/a>). A pesar de la importancia que tienen la justicia y los efectos del cambio clim\u00e1tico en las ciudades, hasta el momento han sido escasamente consideradas en los estudios urbanos (Bulkeley et al., 2013), especialmente en nuestro pa\u00eds.<\/p>\n<h5><strong>Planificaci\u00f3n urbana y clima<\/strong><\/h5>\n<p>Aunque algunas ciudades chilenas est\u00e1n reguladas por normas y est\u00e1ndares urbanos y ambientales (calidad del aire, ruido, etc.), en general, hasta ahora no ha existido en el pa\u00eds un marco legal que garantice a la poblaci\u00f3n experimentar climas urbanos de alta calidad (<a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S0169204608001746\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Alcoforado et al., 2009<\/a>). Esta falta de institucionalidad se explicar\u00eda, en parte, por restricciones presupuestarias, conflictos de intereses, falta de voluntad pol\u00edtica, carencias de datos meteorol\u00f3gicos adecuados y un levantamiento de prioridades y planificaci\u00f3n a corto plazo.<\/p>\n<p>Los Planes Reguladores Comunales (PRC) en Chile son instrumentos de planificaci\u00f3n territorial que definen, entre otras cosas, los criterios de densidad de ocupaci\u00f3n, las alturas m\u00e1ximas de edificaci\u00f3n, los coeficientes de constructibilidad y otros par\u00e1metros urbanos que pueden afectar el microclima urbano y, a su vez, la confortabilidad de los espacios p\u00fablicos. No obstante, el comportamiento del clima no se considera como un factor que aporte a la decisi\u00f3n. Si se compara lo declarado en los PRC con las caracter\u00edsticas actuales, se constata el amplio margen que a\u00fan tienen muchos sectores en las ciudades chilenas para que aumenten la densidad y la altura, lo que puede significar una disminuci\u00f3n del cielo visible o apertura del cielo, lo que provoca efectos sobre la radiaci\u00f3n solar directa, y el acceso al sol y la sombra al interior de una calle.<\/p>\n<p>Los documentos e informes elaborados en el pa\u00eds en relaci\u00f3n con la adaptaci\u00f3n y mitigaci\u00f3n al cambio clim\u00e1tico han significado la progresiva instalaci\u00f3n del factor clim\u00e1tico en la toma de decisiones. Por ejemplo, se puede mencionar que una parte importante de las estrategias presentadas en el \u201cPlan de Adaptaci\u00f3n para el cambio clim\u00e1tico en ciudades\u201d (MMA, 2018) requieren de su implementaci\u00f3n a trav\u00e9s de los gobiernos locales. Adem\u00e1s, a partir de la promulgaci\u00f3n de la Ley Marco de Cambio Clim\u00e1tico (LMCC; Ley 21.455, de 2022), se gener\u00f3 una obligaci\u00f3n para todas las comunas de abordar la crisis clim\u00e1tica con una mayor ambici\u00f3n para lograr la resiliencia y carbono neutralidad a m\u00e1s tardar al a\u00f1o 2050 a trav\u00e9s de la elaboraci\u00f3n de Planes de Acci\u00f3n Comunales de Cambio Clim\u00e1tico (art\u00edculo 12, LMCC), en los que deber\u00e1n indicarse medidas adecuadas para hacer frente a los riesgos clim\u00e1ticos que enfrentan las ciudades y sus habitantes, incluidas las ICU y las olas de calor.<\/p>\n<p>Cabe indicar que la LMCC consigna (en su art\u00edculo 2\u00b0, letra d) a la \u201cEquidad y Justicia Clim\u00e1tica\u201d como uno de sus principios rectores fundamentales, indicando al respecto que \u201ces deber del Estado procurar una justa asignaci\u00f3n de cargas, costos y beneficios, resguardando la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades, con enfoque de g\u00e9nero y especial \u00e9nfasis en sectores, territorios, comunidades y ecosistemas vulnerables al cambio clim\u00e1tico. La justicia clim\u00e1tica busca el trato justo de todas las personas, as\u00ed como evitar las discriminaciones que pueden conllevar determinadas pol\u00edticas y decisiones que pretenden abordar el cambio clim\u00e1tico\u201d. Lo anterior hace necesario incorporar, tanto en los instrumentos de planificaci\u00f3n clim\u00e1tica local como en el ordenamiento territorial, a las islas de calor, los eventos clim\u00e1ticos extremos y su correlaci\u00f3n con otras formas de desigualdad territorial como dimensiones clave de diagn\u00f3stico y de acci\u00f3n, e identificando a los grupos vulnerables para promover la justicia y equidad territorial.<\/p>\n<p>Adicionalmente, los municipios en Chile cuentan con diferentes instrumentos o iniciativas de gesti\u00f3n ambiental y clim\u00e1tica, tres de ellas de car\u00e1cter voluntario: 1. El Sistema de Certificaci\u00f3n Ambiental Municipal (SCAM) del Ministerio del Medio Ambiente, cuyo nivel m\u00e1s alto corresponde a la Gobernanza Ambiental – Clim\u00e1tica Comunal, 2. el Programa Comuna Energ\u00e9tica de la Agencia de Sostenibilidad Energ\u00e9tica, y 3. las estrategias h\u00eddricas comunales de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Clim\u00e1tico (ASCC). Sin embargo, es importante recordar que la elaboraci\u00f3n e implementaci\u00f3n de los documentos y estrategias anteriores implican movilizar recursos, levantar informaci\u00f3n e instalar capacidades que dependen de la capacidad institucional de cada comuna. Esto puede significar ir aumentando las brechas existentes, resultando en diferentes niveles de adaptaci\u00f3n y resiliencia al cambio clim\u00e1tico en sus territorios. En efecto, ya en la actualidad se revelan importantes diferencias en el grado de preparaci\u00f3n y acci\u00f3n de los gobiernos locales ante los riesgos asociados con el cambio clim\u00e1tico, as\u00ed como en el grado de actualizaci\u00f3n e implementaci\u00f3n de sus instrumentos de ordenamiento y planificaci\u00f3n territorial (con algunos casos, como Rapa Nui, que no han actualizado estos instrumentos desde ya varias d\u00e9cadas).<\/p>\n<h5><strong>Reflexiones finales<\/strong><\/h5>\n<p>Las ciudades no son entidades uniformes en cuanto a su clima y calidad ambiental. Las caracter\u00edsticas urbanas y ambientales desiguales, combinadas con las capacidades y recursos dispares de la poblaci\u00f3n, generan una marcada desigualdad clim\u00e1tica dentro de los l\u00edmites urbanos. No todas las personas experimentan el mismo nivel de calidad ambiental y, como consecuencia, las amenazas clim\u00e1ticas a las que se exponen var\u00edan considerablemente.<\/p>\n<p>Quienes carecen de acceso a recursos como la climatizaci\u00f3n de viviendas, por ejemplo, se encuentran en una situaci\u00f3n de mayor vulnerabilidad y, por ende, un mayor riesgo frente a condiciones clim\u00e1ticas adversas. Las diferencias en cuanto a recursos y capacidades tambi\u00e9n se observan a escala comunal. Los gobiernos locales var\u00edan en su capacidad para responder y prepararse para los desaf\u00edos del clima y el cambio clim\u00e1tico, lo que se traduce en niveles desiguales de adaptaci\u00f3n y resiliencia.<\/p>\n<h5 id=\"recomendaciones\"><strong>Recomendaciones<\/strong><\/h5>\n<ol>\n<li>Impulsar la creaci\u00f3n de refugios clim\u00e1ticos en la ciudad. Estos espacios, que podr\u00edan ser tanto abiertos (parques, plazas) como cerrados (gimnasios, bibliotecas), brindar\u00edan confort t\u00e9rmico y fortalecer\u00edan los v\u00ednculos entre la comunidad.<\/li>\n<li>Incorporar mejores materiales, ventilaci\u00f3n natural y otras medidas en la planificaci\u00f3n y el dise\u00f1o urbano, puede aumentar significativamente la capacidad de adaptaci\u00f3n de la sociedad a las altas temperaturas. Esto tambi\u00e9n puede generar cobeneficios al mitigar el calor, aumentar el confort t\u00e9rmico y reducir la necesidad de energ\u00eda, contribuyendo as\u00ed a la mitigaci\u00f3n del cambio clim\u00e1tico.<\/li>\n<li>Implementar estrategias basadas en la naturaleza que incluyan infraestructura verde. Sin embargo, deben ser cuidadosamente evaluadas para evitar impactos negativos, principalmente relacionados con la disponibilidad de agua.<\/li>\n<li>Desde una perspectiva de salud p\u00fablica se requieren urgentemente estrategias basadas en evidencia para hacer frente a los riesgos para la salud asociados con la exposici\u00f3n al calor extremo. Estas estrategias deben tener una mirada territorial de largo plazo, en lugar de un enfoque individual de corto plazo, como el uso de aire acondicionado o ventilador, que, si bien puede ser conveniente, no promueve la resiliencia de forma duradera.<\/li>\n<li>Construir agendas de desarrollo bajas en carbono y resilientes al clima a trav\u00e9s del trabajo en red, la reducci\u00f3n de las disparidades regionales, el intercambio de buenas pr\u00e1cticas, la generaci\u00f3n de pol\u00edticas p\u00fablicas que nazcan desde los territorios, la mejora continua de los procesos y mecanismos de evaluaci\u00f3n, la ampliaci\u00f3n de los espacios de toma de decisiones vinculantes y la promoci\u00f3n de la democratizaci\u00f3n del conocimiento t\u00e9cnico-cient\u00edfico.<\/li>\n<li>Considerando que los efectos de las altas temperaturas pueden convertirse r\u00e1pidamente en una amenaza para la vida, especialmente para aquellos grupos vulnerables de la poblaci\u00f3n (incluidos adultos mayores, ni\u00f1os, mujeres embarazadas, personas con enfermedades cr\u00f3nicas y aquellos grupos o personas de menor nivel socioecon\u00f3mico o que est\u00e1n socialmente aislados), resulta urgente que las pol\u00edticas p\u00fablicas se enfoquen en una planificaci\u00f3n urbana sensible al clima, considerando el dise\u00f1o de espacios p\u00fablicos que otorguen -desde la justicia clim\u00e1tica- acceso a sombra, protecci\u00f3n al viento o sol. Precisamente, es necesario generar medios que permitan a las ciudades adaptarse, mejorando la calidad de vida y asegurando la salud de sus poblaciones.<\/li>\n<\/ol>\n<h5><strong>Referencias bibliogr\u00e1ficas<\/strong><\/h5>\n<p>Alcoforado, M., Andrade, H., Lopes, A., & Vasconcelos, J. (2009). <a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S0169204608001746\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Application of climatic guidelines to urban planning: the example of Lisbon (Portugal)<\/a>. <em>Landscape & Urban Planning, 90<\/em>(1-2), 56 \u2013 65.<\/p>\n<p>Bulkeley, H. (2013). <em>Cities and climate change<\/em>. Routledge.<\/p>\n<p>Sarricolea, P., Smith, P., Romero-Aravena, H., Serrano- Notivoli, R., Fuentealba, M., & Meseguer-Ruiz, O. (2022). <a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S0048969722022458\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Socioeconomic inequalities and the surface heat island distribution in Santiago, Chile<\/a>. <em>Science of the Total Environment, 832<\/em>, 155152.<\/p>\n<p>Schlosberg, D. (2013). <a href=\"https:\/\/www.tandfonline.com\/doi\/abs\/10.1080\/09644016.2013.755387\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Theorising environmental justice: the expanding sphere of a discourse<\/a>. <em>Environmental politics, 22<\/em>(1), 37-55.<\/p>\n<p>Smith, P., & Romero, H. (2016). <a href=\"https:\/\/www.scielo.cl\/scielo.php?pid=S0718-34022016000100004&script=sci_arttext&tlng=pt\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Factores explicativos de la distribuci\u00f3n espacial de la temperatura del aire de verano en Santiago de Chile<\/a>. <em>Revista de Geograf\u00eda Norte Grande<\/em>, (63), 45 – 62.<\/p>\n<p>Williges, K., Meyer, L. H., Steininger, K. W., & Kirchengast, G. (2022). <a href=\"https:\/\/www.sciencedirect.com\/science\/article\/pii\/S095937802200019X\" target=\"_blank\" rel=\"noopener\">Fairness critically conditions the carbon budget allocation across countries<\/a>. <em>Global Environmental Change, 74<\/em>, 102481.<\/p>\n<h5><strong>Notas<\/strong><\/h5>\n<p><a href=\"#_ftnref1\" name=\"_ftn1\">[1]<\/a> Informaci\u00f3n sobre isla de calor de superficie en las \u00e1reas metropolitanas y ciudades medias mayores chilenas se encuentra disponible en la plataforma de ciudades resilientes elaborada por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2, en el siguiente link <a href=\"https:\/\/ciudadesresilientes.cr2.cl\/isladecalor\">https:\/\/ciudadesresilientes.cr2.cl\/isladecalor<\/a>.<\/p>\n<p><a href=\"#_ftnref2\" name=\"_ftn2\">[2]<\/a> Ciudades entre 100.000 y 299.999 habitantes (Minvu, 2017).<\/p>\n<\/div>","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Pamela Smith, Eugenia Gay\u00f3, Estela Blanco, Pablo Sarricolea, Karla Yohannessen, Anah\u00ed Urquiza, Marco Billi, investigadores CR2, y Teresita Alc\u00e1ntara, Escuela de Gobierno y Transformaci\u00f3n P\u00fablica del Tecnol\u00f3gico de Monterrey, M\u00e9xico Edici\u00f3n: Jos\u00e9 Barraza, divulgador cient\u00edfico CR2 El clima urbano se caracteriza por la existencia de islas de calor, que implica que las ciudades tengan una […]<\/p>\n","protected":false},"author":36,"featured_media":45022,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[28,21,1136],"tags":[1427,1253],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/45012"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/users\/36"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=45012"}],"version-history":[{"count":9,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/45012\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":46025,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/45012\/revisions\/46025"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media\/45022"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=45012"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=45012"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.cr2.cl\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=45012"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}